Kirmen Uribe: «Vascos y gallegos tenemos un humor atlántico, parecido a la flema inglesa»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

BENITO ORDÓÑEZ

El escritor presenta hoy en la Fundación Seoane la ajetreada vida de Karmele Urresti y su marido, espía de los aliados

19 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«A pesar de su avanzada edad, Karmele me pareció una mujer elegante y de inteligencia lúcida, pero confieso que, siendo yo tan joven como era entonces, uno vive más pendiente del porvenir que del pasado, y la verdad es que me perdí entre tantos datos, fechas y nombres que Karmele mencionaba». Esto confiesa Kirmen Uribe (Ondárroa, 1970) en el arranque de La hora de despertarnos juntos (Seix Barral). Es su última novela y la presenta hoy, a las 20.00 horas, en la Fundación Luis Seoane, en A Coruña, dentro del ciclo Letras de outono que coordina Javier Pintor.

-¡Vaya historia la de esta mujer!

-La historia de Karmele Urresti y Txomin Letamendi es increíble, cómo una enfermera de veintipocos años se tiene que exiliar a París; allá conoce a un músico de la Orquesta Sinfónica de Bilbao. Luego se tienen que exiliar de nuevo a Caracas y ahí él es captado para los servicios secretos vascos que estaban bajo el mando de la inteligencia estadounidense. Y luego la historia adquiere unas dimensiones increíbles.

-Y abarca muchos años...

-Cuenta casi un siglo de vida del País Vasco, de España, de Europa y también de América, porque están Venezuela y Estados Unidos. ¿Quién me hubiera dicho a mí que aquella mujer, que conocía desde pequeño, elegante, madura, tenía esta historia detrás.

-¿Cómo recuerda a Karmele?

-Era una mujer muy independiente, con mucho carácter, muy bella también y se ve su personalidad en toda la novela. Ella, siempre que la historia la lleva de aquí para allá, pretende tomar por sí misma las decisiones, como la de dejar a sus hijos con sus abuelos e irse sola a Venezuela en un segundo exilio. Esto ocurre en la tercera parte de la novela. Quería que una mujer fuese la protagonista de esta novela.

-Menciona en el libro una carta que Hemingway escribe a Manu Sota, uno de los protagonistas. ¿Existe esa misiva?

-Sí, sí. Todos los documentos y acontecimientos históricos que aparecen en la novela son reales, incluso esa carta o el diario de Manu Sota es real, con pasajes bastante cómicos. Quería que fuesen reales, que el lector descubriese una historia verdadera en un contexto histórico. No hay ninguna trampa. Eso no ha sido una cortapisa para la parte de ficción, como son los diálogos, las conversaciones.

-En el encuentro inicial de Karmele con Txomin, en París, cuando hablan ante la tumba de Ravel, ella es bastante cortante...

-Sí, sí. Ahí están en el entierro de Ravel. Hay pasajes poderosos, como cuando ella le visita en la cárcel de Carabanchel y en el mismo patio están los nazis que Franco no quería entregar a los aliados. La novela tiene partes duras, otras muy poéticas y luego tiene mucho humor. Los vascos y los gallegos parecemos muy serios pero tenemos un humor irónico, un humor atlántico que tiene que ver con la flema inglesa.

-Y tiene música.

-Está ahí Ravel, la música de los años 20 y 30. Hay canciones populares que aparecen reproducidas. Y también el arte, la pintura, el cuadro de Antonio de Guezala Noche de artistas en Ibaigane, que tanto me sorprendió porque no es una escena costumbrista, es una fiesta de los años 20, en Bilbao, en la casa de un rico industrial y en ella está tocando un grupo de jazz. Descubrir que el trompetista que aparece en el cuadro es Txomin Letamendi fue una sorpresa increíble.

«Van cuatro ediciones y en marzo saldrá en gallego»

Kirmen Uribe evoca su infancia cuando en Ondárroa «escuchaba hablar en gallego por las calles, porque había marineros gallegos y andaluces. Era una mezcla que me gustaba oír». El escritor que en el 2010 fue Premio Nacional de Narrativa, entre otros galardones, por la novela Bibao-New York-Bilbao, está contento con la acogida que está teniendo su último libro: «Desde hace dos meses que salió van cuatro ediciones y en el mes de marzo saldrá en gallego, en la editorial Xerais».

-¿De dónde sale el titulo de «La hora de despertarnos juntos»?

- Me gustó ese poema de Pound: «Y yo estoy junto a mi deseo. / Y la vida no tiene nada mejor / que esta hora de diáfana frescura, / la hora de despertarnos juntos». Es también como un deseo de despertarnos juntos como país, con respeto de los unos por los otros.

-Sorprende en la novela la carta de uno de los personajes al presidente de los Estados Unidos pidiéndole la independencia del País Vasco, en los años 40.

-Hay muchas curiosidades en el libro. Cuando hace cuatro años empecé a investigar la vida de estas dos personas me he encontrado con sorpresas increíbles. Por ejemplo, la vinculación que tenían con los aliados, los acuerdos que lograron con Estados Unidos para ser espías luego en la Segunda Guerra Mundial. Cómo establecieron contactos con escritores como Hemingway o premios Nobel como Thomas Mann para que se unieran a la causa republicana y por el restablecimiento de las libertades democráticas en España. También cómo era la resistencia interna en España, en los años 40 y 50, en la que participaban también los gallegos, en el libro aparece la resistencia gallega. Y sorpresas como encontrarme un informe de la CIA en el que se nombra a Txomin Letamendi en el título y en el que se dice que nunca nadie sabrá la importancia de este agente y del trabajo que ha hecho.

-Hay bastante fútbol en el libro, ¿es usted futbolero?

-La cultura vasca está muy presente en la novela. Cómo la lengua vive unos momentos muy difíciles durante la dictadura y todo el trabajo que hacen para que siga viva, sobre todo en el exilio. El fútbol está presente en casi todas mis novelas, aparece bastante el Athletic de Bilbao y en esta también figura la selección vasca de fútbol. Es un tema que me interesa bastante.