Virginie Despentes, 20 años no es nada

BEATRIZ PÉREZ BARCELONA / E. LA VOZ

CULTURA

La controvertida novelista francesa acaba de publicar «Vernon Subutex 1», libro en el que retrata la precariedad que atenaza a quienes rondan la cincuentena y lo han perdido todo

24 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace ya 22 años que Virginie Despentes (Nancy, 1969) publicó Fóllame -Baise-moi, en francés, llevada al cine tiempo después y censurada en varios países-, su controvertida novela acerca de dos prostitutas convertidas en asesinas en serie que la situó como una de las más destacadas escritoras destroy punk de las letras francesas. Años después, en Teoría King Kong (2006) mezclaba el ensayo y la autobiografía para hablar de temas tan delicados como la violación que sufrió a los 17 años, la prostitución (que ella misma ejerció) y la pornografía (tras la polémica desatada por Fóllame). Y ahora Despentes acaba de publicar Vernon Subutex 1 (Penguin Random House), el primer libro de una trilogía «más deprimente que rabiosa» (a diferencia de sus anteriores libros, como ella misma reconoce), que, eso sí, mantiene como tema principal esa marginalidad social con la que siempre ha simpatizado.

«Es menos punk que Fóllame, obvio. Por aquel entonces yo era una joven diferente a la que soy ahora. En Vernon Subutex 1 quise retratar la precariedad que vive mucha gente en Francia», explica. Por eso Vernon Subutex, el principal protagonista del relato, es un hombre que vive de manera apurada tras perder su apartamento y no tener empleo (trabajó anteriormente en una tienda de discos, como la propia Despentes), mientras se acerca, de manera temerosa, a la cincuentena. «Quise imaginar qué pudo haber pasado con todas aquellas personas que me rodeaban en mi juventud y que escuchaban la misma música que yo en los 80». Militantes de extrema derecha, una mujer musulmana, un comerciante cocainómano, una modelo brasileña transexual y un escritor son algunos de los personajes que pululan por esta novela coral y que, pese a sus diferencias, coinciden en ser cincuentones descarriados, viejos roqueros infelices.

Obra generacional

«En Francia la han calificado como una novela generacional. Podría ser peor [risas]. Pero sí, es un libro acerca de personas que mantienen la melodía común de un mundo que ya ha desaparecido. Y elegí a esos personajes porque la mayoría de ellos están excluidos de la sociedad». Y ella, ¿se siente excluida? «Bueno, en parte sí, pues hace veinte años que pertenezco a un circuito literario francés que no tiene a mucha gente como yo, de fuera, sin estudios universitarios y sin patrimonio. Quizás no me siento excluida, pero sí diferente. Soy lesbiana, soy mujer y tengo más de 40 años».

Vernon Subutex es un casi cincuentón que todavía es capaz de llevarse a la cama a unas cuantas mujeres gracias a los vestigios de la belleza que lo caracterizaron en su juventud. «Vernon es un poco tonto, pero tiene encanto, así que para él ligar es mucho más fácil. Creo que la crítica en Francia fue muy positiva en parte porque el personaje principal era un hombre. Hubiera sido diferente con una mujer. Nadie me ha preguntado aún por qué Vernon no ha tenido hijos. En el caso de una mujer, esta hubiera sido la cuestión primera», asegura Despentes, que cita a Roberto Bolaño y Zadie Smith como los dos escritores que más le han influido en los últimos años.

Pero Vernon Subutex 1 es, ante todo, una novela acerca de la precariedad económica, una novela sobre lo fácil que es quedarse socialmente al margen tras haber disfrutado de décadas de estabilidad. «Hay un momento en que ya eres demasiado vieja. Me preocupa porque es mi futuro y también el de mis amigos -matiza-. Pero me ha aliviado mucho que estallara la Nuit Debout». Se refiere al movimiento ciudadano surgido en la plaza de la República de París el pasado 31 de marzo y en el que resuenan incesantes los ecos del 15-M español. «Hacía mucho que Francia no vivía algo así. Hacía quince años que todos los debates estaban centrados en los extranjeros. La extrema derecha salía cada día en la televisión y por eso el Frente Nacional subió tanto. Yo nunca supe que me sentía tan francesa hasta que vi a mi país cambiar y caer en la extrema derecha».

Quizás menos colérica y obscena que aquella joven que se lanzó a escribir Fóllame, pero Virginie Despentes sigue estando aquí.