«A Teresa de Jesús y al papa les unen el carisma y el sentido del humor»

Ana Abelenda Vázquez
Ana abelenda REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

BENITO ORDOÑEZ

La escritora lanza una biografía alternativa en la que busca romper tópicos y ofrecer «una visión más fresca de una mujer fascinante»

08 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Es ambiciosa y segura. Así escribe de sí misma Espido Freire. ¿Por qué firma solo con apellidos, quiere distanciarse del lector? «En absoluto. Es una decisión mía, que se remonta a hace muchos años, y que tiene que ver con un homenaje a mis padres. Siempre estoy cerca del lector», afirma. Debutó con Irlanda a los 24 y se convirtió en la ganadora más joven del Planeta con Melocotones helados. Conoció el convento de niña, por una tía carmelita que murió joven: «Ella fue la primera en descubrirme la figura de Teresa. Después la he estudiado desde otros ángulos y por mí misma». Ahora lanza en el sello Ariel (Planeta) la biografía alternativa Para vos nací, con la que busca entretener y divertir al lector rompiendo tópicos.

-Teresa de Jesús cumple 500 años. Pero su ejemplo se mantiene joven. «Teresa no se acaba», escribe. ¿Por qué?

-Como toda personalidad genial es contradictoria. Atraviesa etapas, reflexiona, rectifica, evoluciona... salta por encima de cualquier etiqueta, y eso resulta complicado de aprehender para cualquiera y aún más de describir. Nos sentimos más cómodos con personas más simples.

-«Para vos nací» la ha llevado a pasar meses con Teresa. ¿Qué le han descubierto sobre sí misma?

-Paso años con ella, que resumo en una propuesta: que el lector, a lo largo de un mes, se acerque a 31 aspectos de esa fascinante mujer. Existen magníficas biografías convencionales. Mi espacio era el de ofrecer una visión moderna y más fresca, pero respetuosa. ¿Sobre mí? Es imposible centrarse tanto en un personaje y no encontrar aspectos comunes, como si fuera un espejo.

-El valor, la vehemencia y otras cualidades consideradas «masculinas» se atribuían a la santa. ¿Seguimos marcadas por los viejos estereotipos? Usted reveló que la han considerado poco femenina por su ambición.

-Por supuesto. Es un aspecto en el que se ha avanzado relativamente poco. Seguimos esperando actitudes muy rígidas de hombres y de mujeres, muy para nuestra desgracia, porque no nos permite romper barreras. A mí me han considerado poco femenina por mi ambición y mi seguridad, y demasiado por mi aspecto y por mis gustos personales. En fin: ¿a quién no le pasa que lo malinterpreten?

-¿Qué es lo peor que puede hacer hoy una mujer?

-Ser considerada una mala madre. Es algo que muy poca gente perdona.

-Teresa se impuso en un mundo de hombres. ¿Siguen ellos dominando el mundo?

-Es tan obvio que la pregunta casi no tiene sentido.

-Curioso este pensamiento de la santa: «Aunque las mujeres no somos buenas para el consejo, algunas veces acertamos». ¿No suena un poco a Jackie Kennedy?

-Yo la leo con ironía, que no le faltaba a Teresa. Me parece injusto compararla con Jackie, una mujer hermosa, con estilo, famosa, testigo de la historia, pero que no aportó nada en cuanto a pensamiento al siglo XX.

-Teresa y sus amigas, capítulo aparte. La retrata usted como una mujer mandona, impaciente, exigente con las demás. ¿Se creía superior?

-No lo creo. Era una líder nata, y sus amigas la adoraban, y la siguieron hasta el final y más allá de su muerte, incluso, aunque tuvo roces con algunas. Era cariñosa, se preocupaba mucho por ellas, se mantenía en contacto continuo y no dejaba a ninguna atrás. Pero sí, era mandona y exigía la misma energía que ella depositaba.

-Sospechosas las mujeres que se llevan bien solo con hombres, ¿no cree?

-Ah, pero Teresa sí se llevaba bien con las mujeres. Lo que ocurría era que en los varones encontraba una formación intelectual que ella añoraba, y que casi nunca se les había permitido a las mujeres. Además, sabía que necesitaba su apoyo para conseguir sus objetivos.

-¿Somos iguales hombres y mujeres?, ¿sentimos, pensamos, escribimos igual?

-Creo que es obvio que no, pero una sociedad madura debería integrar y alentar esas diferencias, sin discriminarlas.

-¿Cómo sería Teresa hoy? «Sería atacada en las redes sociales», escribe. ¿No conseguiría su intensidad likes a docenas?

-Los likes a docenas suelen conllevan furibundos ataques en las redes sociales. Es muy complicado imaginarla libre de las trabas que la limitaron tanto.

-Teresa de Jesús se hubiese llevado bien con el papa Francisco, sugiere.

-Les une el sentido del humor, el carisma, el deseo de comunicarse y el anhelo de una Iglesia pobre, desprovista de pompas.

-El siglo que vivió Teresa estuvo marcado por la crisis, la corrupción, la pobreza, el pesimismo. ¿Ha cambiado tanto España?

-De aquellos polvos, estos lodos...

-Teresa fue diferente, y pagó el precio de esa diferencia. ¿Es un valor que aún sale caro?

-Desde luego. Pero no serlo por complacer a los demás también conlleva un precio. Y sale caro.

-¿Cómo nos coacciona lo que esperan de nosotros?

-Es lo primero que captamos, y casi lo último que percibimos al morir. Una buena educación emocional encontraría un equilibrio entre una buena integración social y la libertad para expresarse con respeto, pero de manera contundente. Casi un prodigio, ¿verdad?