Arde una vieja bodega en una aldea de Monforte

La Voz

MONFORTE DE LEMOS

CARLOS CORTÉS

El fuego se propagó desde una lareira a la estructura de madera del tejado

24 may 2016 . Actualizado a las 20:00 h.

Un incendio provocó esta tarde importantes destrozos en una bodega de la parroquia monfortina de Moreda. El propietario cree que el fuego empezó cuando las llamas de una lareira que estaba encendida se propagaron a la estructura de madera del tejado. Los bomberos impidieron que la construcción quedase calcinada por completo.

La construccion afectada por el fuego está en la aldea de Cabanas, a poco más de cien metros de la carretera LU-617, que comunica Monforte con Escairón por Tuiriz. Se encuentra en el mismo terreno que una casa de construcción reciente y una antigua capilla, pero a cuarenta metros de distancia.

Fue el propio dueño de la finca el que llamó al servicio de emergencias 112 para avisar de lo que estaba pasando. Según explicó él mismo sobre el terreno, se encontraba en la bodega cuando vio que empezaba a arder la estructura de madera. A falta de medios para controlar las llamas, apenas pudo hacer más que esperar a que llegasen los bomberos. En pocos minutos estaban allí tres bomberos con un camión cisterna del parque contraincendios de Monforte y una patrulla de la Policía Nacional.

Los bomberos emplearon los 5.000 litros de agua de su camión en apagar las llamas, pero no les fue suficiente para enfriar los rescoldos, así que tuvieron que pedir al parque el envío de otro vehículo con agua.

El fuego quemó algún mobiliario de madera y otros enseres de poco valor que estaban depositados en la bodega, una construcción que hace años que ya no se usa para elaborar vino, aunque en su interior todavía quedan algunas cubas pequeñas que se salvaron de las llamas. El incendio provocó daños importantes en las vigas de madera que sostienen el tejado. A las ocho de la tarde, los bomberos trabajaban para echar abajo las partes de la cubierta más afectadas con el objeteivo de evitar derrumbes incontrolados, y enfriaban con agua los rescoldos, que todavía humeaban con fuerza.