La parroquia chantadina de Santiago da Riba celebró el Domingo Corredoiro
01 feb 2016 . Actualizado a las 20:44 h.Se acercan las fechas centrales de los Carnavales más tempraneros de los últimos años y las convocatorias festivas y gastronómicas se multiplican en diferentes puntos de la provincia. Mientras los volantes y peliqueiros del Entroido Ribeirao salían ayer por segundo domingo consecutivo en sus últimos reductos en Chantada, A Fonsagrada celebraba su Feira do Butelo y en Nadela cientos de lucenses y visitantes compraban productos típicos de estas fechas en la Feira do Entroido.
En Chantada, la colorista procesión del Domingo Corredoiro salió como está mandado a las cuatro y media de la tarde de la iglesia de Santiago da Riba. Acompañando a los vecinos, decenas de curiosos llegados de fuera siguieron el recorrido de los volantes y peliqueiros desde la parte baja del pueblo hasta el pequeño campo de la fiesta. Por el camino, los más revoltosos entre los peliqueiros embozados en pieles de cabra se salieron del camino para atajar a la carretera por las huertas y pisotearlas. Se supone que escoltaban al único volante que ayer portaba el pesadísimo pucho de cintas de colores que es el emblema de este Carnaval.
A ellos y a los curiosos de fuera que acudieron a Chantada a disfrutar del Domingo Corredoiro los esperaban en el campo de la fiesta la representación de los oficios, el teatrillo con el que los vecinos satirizan los acontecimientos del último año, desde la política general a los chascarrillos del pueblo. Este año, tocó poner en escena escenas de un local de alterne bautizado como Moredo Clube. Ya de noche, volantes y peliqueiros volvieron a sus casas. Hasta dentro de una semana, cuando celebrarán el Domingo de Entroido.