Las asociaciones creen que mejoró la limpieza en las calles del centro

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

alberto lópez

La recogida en cubos apenas suscita rechazo, pero el coste preocupa a los vecinos

14 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El modelo de recogida de basura que permitió retirar los contenedores verdes de la mayoría de las calles de Monforte tiene garantizada su continuidad al menos hasta agosto del 2020. Tanto el PSOE -ahora en el gobierno municipal- como el PP, ambos contrarios al nuevo sistema, se comprometieron a respetar la vigencia del contrato. Lo que pueda pasar a partir de la fecha en la que caduca la concesión es una incógnita, porque hay elecciones de por medio y porque ambos partidos siguen pensando que el cubeo cuesta demasiado. El argumento de los costes preocupa a un sector de la población, pero no tanto como para generar un sentimiento de rechazo.

Las pegas vecinales al servicio de limpieza casi nunca se dirigen al nuevo sistema de recogida de basura. El problema de los malos olores en las calles desapareció con la implantación de la retirada de las bolsas de residuos en los cubos, cuyo reparto y posterior retirada se lleva a cabo en las últimas horas del día. Otra cosa es que todas las zonas saquen el mismo partido de los costes añadidos que supone la concesión a Fomento de Construcciones y Contratas (FCC).

«A título personal, no tengo ninguna queja. Vivo en Roberto Baamonde y la calle está muy limpia. Pero Monforte no solo es el centro», dice Milagros Fernández, presidenta de la asociación de vecinos de A Florida. El barrido de las calles no está al mismo nivel, según su criterio, en Roberto Baamonde que en Calvo Sotelo. Tampoco los cubos llegan por igual a todas las zonas. «Las nueve de la noche no es hora para que la gente mayor baje la basura en invierno. La asociación ya se quejó a le empresa y nos dice que el camión no puede estar al mismo tiempo en Carude y en Benito Vicetto. La cuestión es saber si, por lo que cobran, pueden tener más camiones repartiendo los cubos», explica.

No hay marcha atrás

El volumen de residuos que genera la hostelería no siempre encaja con la recogida mediante cubos. A muchos de estos negocios se les facilitan contenedores para los residuos que son retirados a medianoche. «A miña impresión é que o novo sistema funciona xenial. Vexo Monforte máis limpo e esa imaxe é moi importante para a hostalería e o comercio», dice el restaurador Emilio Rodríguez. Desde su punto de vista, volver a los contenedores sería un error. «Sen entrar no tema económico, non me parece unha solución. Por moito que os laves, sempre vai haber malos olores. E se a xente ten onde botar o lixo á mañá non vai esperar á tarde. Agora que os veciños están adaptados aos cubos, e se respecta bastante o horario, penso que volver aos contedores sería un atraso», argumenta.

Problemas que tienen que ver más con la falta de civismo que con el nuevo modelo

Miguel Pino, presidente de la asociación de vecinos del barrio del hospital comarcal, no tiene nada que objetar al funcionamiento de la recogida de basura con cubos. «Es un sistema mucho más higiénico y si hay algún problema es por falta de civismo», señala. Otra cosa diferente son los costes que supuso la retirada de los contenedores de las calles. «Es mucho dinero, y lo que se gasta ahí no puede invertirse en otras cosas», dice el portavoz vecinal. Pino no está, aun así, por la vuelta al sistema anterior. «Creo que habría que exigir a la empresa mayores prestaciones a cuenta de esa diferencia de precio», opina.

La asociación de comerciantes, por su parte, no tiene una posición como colectivo. La presidenta del Centro Comercial Urbano (CCU), María José Senra, habla a título personal. «En mi calle [Benito Vicetto] faltan cubos y la basura anda tirada por la calle», afirma. Entre los propietarios de negocios del centro, sin embargo, muy pocos se muestran partidarios de volver al modelo anterior de recogida en contenedores.

La retirada de la basura en cubos no llega a varios barrios y tampoco a las parroquias. Ni siquiera a las que están integradas en la trama urbana. Es el caso de Ribas Altas, donde se mantienen los contenedores. La pedánea de esa parroquia, Hilda Ruiz, no palpa ningún descontento entre los vecinos por ese motivo. «Aquí la mayoría son viviendas familiares con sus huertos, que suelen generar un volumen de residuos mayor que un piso. Para nosotros, los cubos son menos operativos», señala.