La aceituna, más afortunada que la uva

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

LEMOS

Roi Fernández

La cosecha olivarera en sur lucense, sin ser de las mejores, no sufre problemas como la de las viñedos

29 nov 2016 . Actualizado a las 22:39 h.

La producción olivarera en el valle de Quiroga no ha sufrido problemas como los que caracterizaron este año la cosecha en la denominación vinícola Ribeira Sacra. «O ano non foi moi bon, pero non nos podemos queixar», señala Manuel Mondelo, propietario de la empresa quiroguesa Adega Mondelo, una de las tres firmas locales que producen aceite de oliva de forma industrial -las otras dos son Val de Quiroga y Lar de Ricobao- y que también se dedica a elaborar vino. «A colleita da aceituna deste ano non é das mellores, pero é aceptable, mentres que a de uva foi moi mala», añade.

Mondelo señala que la producción de este año podía haber sido mejor si las condiciones meteorológicas del otoño hubiesen sido otras. «Tiña que ter empezado a chover en setembro, pero non foi así», comenta. También le resultaron contraproducentes las nieblas en los olivos que tienen plantados en el entorno inmediato del Sil, en los que la producción resultó más mermada. Los que se encuentran en lugares más altos no sufrieron ese problema. Pese a estos inconvenientes, el productor se muestra satisfecho de las expectativas que tiene para esta campaña, en la que espera recoger entre 9.000 y 10.000 kilos de aceituna en perfecto estado, que pueden proporcionar entre 1.300 y 1.400 litros de aceite.

Recogida adelantada

La cosecha empezó a mediados de este mes y se encuentra ya muy avanzada. Las fechas parecen muy tempranas con respecto a lo que era habitual en el valle de Quiroga, pero la modernización de las técnicas de producción y la búsqueda de una mayor calidad del aceite hicieron que la recogida se adelantase de forma considerable. Antes la cosecha solía iniciarse en diciembre y se podía prolongar hasta finales de enero. «Agora normalmente xa temos todo recollido sobre o 10 de decembro», explica Mondelo.

Hasta hace unos años, las aceitunas se recogían cuando la maduración estaba más adelantada y la mayor parte de los frutos presentaba una coloración oscura. Ahora se cosechan cuando la mayoría aún están verdes. «Así é como sae o mellor aceite, ao revés que co viño, que ten que facerse coa uva ben madura», apunta el cosechero.

Otro cambio en los métodos de producción que se implantó en la empresa afecta a la molienda de la aceituna. Anteriormente se llevaba a cabo varias semanas después de la recogida, incluso hasta un mes y medio, con lo que el fruto almacenado corría el riesgo de enmohecerse. En la actualidad, la trituración se realiza de forma inmediata. En las instalaciones de Adega Mondelo la aceituna pasa por el molino el mismo día que es recogida.

Una vez molido el fruto y extraído el aceite, el producto se deposita en los tanques de decantación y se deja reposar hasta marzo o abril. El frío del invierno hace que se condense y que no elimine bien las impurezas, a no ser que el proceso se realice en un local con calefacción, a una temperatura de en torno a veinte grados. Por este motivo se decidió atrasar hasta mayo la Mostra do Aceite de Quiroga, que durante varias ediciones se celebró en febrero o marzo.

Nuevas técnicas de recogida y nuevos mercados para la producción industrializada

La industrialización de la producción de aceite ha dejado atrás la típica estampa del vareo manual de los olivos. Hace unos ocho años que en los olivares de Manuel Mondelo se dejó de utilizar esta técnica tradicional que, según indica el empresario, tiene el inconveniente de provocar daños y roturas en las ramas, además de resultar mucho más fatigoso que los sistemas mecánicos. Ahora se utilizan máquinas que sacuden el ramaje sin golpearlo y aspiran los frutos. Este año la empresa está experimentando con otra herramienta que no había utilizado hasta ahora, el peine vibrador o vareador.

El destino de la producción industrial es también muy diferente del que tuvo durante mucho tiempo el aceite elaborado de manera artesanal en el valle de Quiroga, en gran parte reducido al autoconsumo o a la venta ocasional de pequeñas cantidades en los pueblos de la comarca. El que produce Adega Mondelo se distribuye en tiendas especializadas en delicatessen de diversas localidades gallegas y de Madrid. También se vende por Internet, sobre todo en Zaragoza y Barcelona. Según indica el productor, la clientela busca un producto de calidad para consumir en crudo, en ensaladas o en tostadas. «Serve perfectamente para fritir, pero a demanda que temos non é para ese tipo de consumo», añade.

Ampliar la plantaciones

La empresa posee actualmente unos 2.200 olivos, de los que cerca de doscientos fueron plantados este mismo año. Todos los árboles nuevos son de la variedad autóctona de la comarca - aunque también también hay muchos de la conocida como picoal-, muy apreciada por la calidad de sus aceitunas. La picoal puede empezar a aprovecharse unos cinco o seis años después de ser plantado el árbol. La variedad nativa tarda más tiempo en producir, en torno a ocho años. De todas maneras, los olivos no alcanzan el nivel máximo de producción hasta los veinticinco años de edad. Manuel Mondelo considera aconsejable seguir creando creando nuevas plantaciones en la zona, en vista de la importante demanda que está teniendo la producción local. Para ello, precisa, son especialmente indicados los terrenos abiertos y orientados al sur.