Medidas para frenar la erosión en las tierras quemadas de O Faro

Francisco Albo
francisco albo CHANTADA / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

Técnicos de Medio Rural cubrirán con paja las áreas que fueron afectadas por el fuego el pasado septiembre

18 nov 2016 . Actualizado a las 22:22 h.

La Consellería de Medio Rural tomará medidas para frenar la erosión en los terrenos quemados de la sierra chantadina de O Faro que sufrieron un incendio forestal a principios de septiembre. El referido departamento aún no precisó cómo se realizará esta intervención -que previsiblemente consistirá en arrojar paja sobre las áreas afectadas-, pero anunció que se llevará a cabo de forma inmediata. El incendio arrasó un total de 106,42 hectáreas, de las que 49,12 correspondían a áreas arboladas y el resto a monte raso. Los terrenos afectados por el siniestro pertenecen a Red Natura, dentro del lugar de interés comunitario Serra do Faro.

La iniciativa llega un poco tarde según el parecer de Javier Guitián Rivera, catedrático de biología vegetal de la Universidade de Santiago y autor de una guía de la flora de la Ribeira Sacra que se publicará próximamente. «Más vale tarde que nunca, pero en casos como este lo mejor es intervenir de inmediato y hay técnicos que en 48 horas pueden determinar la manera adecuada de actuar para prevenir la erosión en las tierras quemadas», señala. «Tomar medidas a mediados de noviembre, cuando el incendio sucedió hace dos meses y medio, no es precisamente una reacción rápida, y menos mal que desde entonces no hubo temporales o lluvias fuertes porque pudo producirse un arrastre importante de tierras y ceniza en las zonas que quedaron sin cubierta vegetal», agrega. El biólogo apunta a este respecto que para este fin de semana está prevista la llegada de una borrasca que afectará a toda Galicia.

Pocas dificultades

Guitián siguió de cerca los efectos de otro incendio que se produjo a finales de julio del año pasado en la sierra de O Courel, en una zona también encuadrada en Red Natura. En aquel caso no hubo ninguna intervención para paliar la erosión en las áreas calcinadas, que se extienden por una ladera muy abrupta del valle del Lóuzara. «En unos terrenos tan empinados probablemente no sirve de nada cubrir las zonas quemadas con paja, pero en la sierra de O Faro la situación es totalmente diferente porque son unas pendientes mucho más suaves y accesibles, y la operación se podrá hacer sin ninguna dificultad y en poco tiempo», comenta.

En el área protegida de la sierra de O Faro hay comunidades vegetales propias de las áreas de monte bajo -que tienen un importante valor medioambiental- y bosques de robles y abedules, así como flora de turbera en las zonas altas. El territorio sirve también de hábitat a numerosas especies de aves, reptiles, anfibios y mamíferos. Además del daño causado directamente por el fuego en este este ecosistema, señala Guitián, el medio ambiente de la zona puede quedar muy alterado si los suelos se empobrecen a consecuencia de la erosión y la cubierta vegetal no se regenera de forma satisfactoria. «Cuando ocurre algo así en un área natural protegida hay que actuar con la mayor rapidez posible para que el suelo no se pierda, porque eso supone dar marcha atrás en la regeneración de la vegetación», señala. El biólogo resalta también la fuerte degradación paisajística que ha sufrido la sierra y que se suma al grave perjuicio ecológico.

Intervenciones similares en otras partes de Galicia

Tras los incendios del pasado verano, la Consellería de Medio Rural ha actuado en diversas zonas de Galicia para prevenir las erosión de los suelos en las zonas calcinadas. Con tal finalidad, a principios de este mes se esparció paja por los montes del municipio ourensano de Entrimo. En octubre hizo otro tanto en el municipio coruñes de Porto do Son. Otra zona en la que se realizaron trabajos de este tipo fue la sierra ourensana de Larouco después de los incendios que se registraron en el verano del 2015. La paja utilizada para acolchar el terreno en estas intervenciones va mezclada a veces con simientes para facilitar el crecimiento de la hierba.

En algunas ocasiones, estas operaciones de prevención se han complementado con pequeñas barreras hechas de piedras y ramas para frenar los arrastres de tierra.

 

precedente en o courel

El incendio que se produjo en el verano del 2015 en el valle del Lóuzara, en O Courel -a la derecha-, es el suceso más grave que se produjo en un área natural protegida del sur lucense con anterioridad al de Chantada. En aquella ocasión ardieron cerca de 195 hectáreas de matorral y de bosque. La escasez de lluvias del siguiente otoño impidió que se regenerase la vegetación y las laderas sufrieron fuertes arrastres de tierras con los temporales del invierno