Piden seis años de cárcel para cinco personas por desvalijar una casa

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Los ladrones se llevaron de todo, desde un equipo de pintar hasta un cortaúñas

25 oct 2016 . Actualizado a las 12:00 h.

Cinco vecinos de Lugo se enfrentan a peticiones de condena que suman seis años de cárcel por desvalijar una casa abandonada en A Pobra do Brollón. El robo se produjo hace ya ocho años y los ladrones se llevaron multitud de objetos de valor muy diverso, desde un equipo de pintar hasta un cortaúñas.

El fiscal considera que aquel robo fue obra de tres hombres y dos mujeres con residencia habitual en Monforte y edades comprendidas entre los 29 y 60 años en la actualidad. Los cinco se sentaron ayer en el banquillo de los acusados del juzgado penal número dos de Lugo. Los cinco están acusados de robo con fuerza.

La acusación pública los considera responsable del asalto sufrido el 3 de agosto del 2008 por la conocida como Casa da Requita, una vivienda aislada situada en el alto de Santa Lucía, entre la localidad de A Pobra do Brollón y A Ferreirúa. Los ladrones utilizaron una palanca para romper una de las dos puertas de acceso al inmueble y una vez dentro arramplaron con todo. La lista de los enseres sustraídos incluye alrededor de un centenar de objetos de lo más variado, desde dos bolsos a una lámpara, pasando por una brocha, un portapapeles de madera, una linterna, once monturas de gafas, ocho jarras de cristal, dos bombonas de cámping gas, tres metros de cable, cuatro sonajeros, diez fregaderos o una manilla de puerta.

Vale más lo que rompieron

Todo lo que se llevaron los ladrones aquel día está valorado conjuntamente en 1.265 euros. Costó más la reparación de los destrozos que provocaron en la puerta que fue forzada. Su reparación le salió a los propietarios de la casa por 1.531 euros.

La Fiscalía pide para E.M.M,, de 29 años, C.M.M., de 60, A.C.M., de 38, e I.C.M., de 29, condenas de un año y medio de prisión para cada uno. El quinto acusado, R.M.M., que hoy cuenta con 30 años, es el que se arriesga a una pena mayor. Para él piden dos años, seis meses más que los demás porque le aplican la agravante de reincidencia. Ya fue condenado en dos ocasiones, por un delito de hurto en Viveiro y por otro de receptación en Lugo.