El plan del Eixo Atlántico reflota obras planificadas hace 16 años

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

roi fernández

Las variantes ferroviarias que pide deberían haber entrado en servicio en el 2007

15 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El futuro del ferrocarril en la provincia de Lugo pasa por mirar al pasado. Más o menos reciente, según se mire, pero pasado a fin de cuentas. Las actuaciones que reclama el Eixo Atlántico para modernizar la red corresponden, sin excepción, a obras que comenzaron a tramitarse hace la friolera de dieciséis años. Las variantes ferroviarias de Os Peares, Canaval, Rubián y Pobra de San Xiao, cuya puesta en marcha se solicita ahora para acortar los tiempos de viaje a Ourense, forman parte del Plan de Infraestructuras 2000-2007. De todas ellas, paradójicamente, solo se construyó la de Pobra de San Xiao. Y aún no ha entrado en servicio a estas alturas.

Aquel plan proponía para la modernización del ferrocarril entre Lugo y Ourense la misma solución que se aplicó en el eje atlántico ferroviario. «Aprovechar en el posible el trazado existente y construir variantes en aquellas zonas en las que este no permitiera mejoras significativas», detalla el informe presentado esta semana en Monforte. En el caso de la línea Ourense-Lugo, las variantes permitirían recortar en 12,5 kilómetros el trazado. De ese modo, se alcanzarían velocidades máximas de 220 kilómetros a la hora. Exactamente lo mismo que se busca ahora para acortar en sesenta minutos el viaje en tren entre Lugo y Ourense.

La variante ferroviaria de Canaval, que entonces era independiente del proyecto de apartar las vías del núcleo urbano de Monforte, iba a reducir la longitud del trazado a Ourense en 323 metros. La redacción del proyecto fue licitada, pero no se dio ningún paso adelante para la realización de las obras. Las variantes de Os Peares y Rubián corrieron la misma suerte. Esta última tenía una longitud de 12,7 kilómetros y contemplaba en su diseño tres túneles -de 605, 5.325 y 400 metros, respectivamente- y otros tantos viaductos -al más largo de 250 metros- sobre el río Barbadelo.

Túnel en Os Peares

De todos aquellos proyectos que no llegaron a ejecutarse, y que el Eixo Atlántico trata ahora de recuperar, el de Os Peares es sin lugar a dudas el de ejecución más compleja. Esta variante comenzaba -en sentido Ourense-Lugo- tras el puente sobre el Miño. Los técnicos diseñaron entonces, para acortar los tiempos de viaje, la construcción de un túnel de casi 9 kilómetros de longitud que finalizaba en la ribera derecha del Cabe. La vía atravesaba el río mediante un viaducto de 340 kilómetros y enlazaba con la variante de Canaval.

Los alcaldes de Eixo Atlántico proponen ahora la construcción de esas tres variantes «en fases sucesivas» y en función de las «disponibilidades presupuestarias». Aunque ningún alcalde renuncia a nada, el Ave parece haber pasado de largo.