Los osos atacan otra vez las colmenas en la sierra de O Courel

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

roi estévez

Las últimas incursiones se produjeron en las localidades de Ferramulín y Soldón da Seara

26 ago 2016 . Actualizado a las 20:52 h.

Los ataques de osos pardos a los colmenares siguen produciéndose de forma esporádica en el sur lucense, al igual que ha venido sucediendo en los últimos veranos. El caso más reciente seregistró en la localidad de Ferramulín, en el municipio de Folgoso do Courel, donde en tres incursiones sucesivas -la primera fue el 10 de julio y la última, el pasado día 18- los plantígrados destruyeron todas las colmenas de Jaime González, un vecino de la zona que produce miel para autoconsumo. En cada uno de los ataques hubo dos colmenas destrozadas.

A diferencia de otros apicultores afectados por este problema en la zona en los últimos tiempos, Jaime González no podrá recibir una indemnización de la Consellería de Medio Rural, ya que las colmenas no estaban registradas y su producción no era para comercializar. En estos casos la ley no prevé compensación alguna. Por el mismo motivo tampoco podrá solicitar la cesión de un pastor eléctrico para defenderse de nuevos ataques. «Para o que queda de ano, ademais, xa non merece a pena poñer ningunha protección porque non quedou nada», señala el vecino. Lo que tiene previsto hacer es reparar las colmenas de cara a la próxima cosecha y defenderlas con una valla construida con alambres fuertes. «A ver se con iso é suficiente», añade.

Otros casos recientes

En fechas recientes, según apunta González, también se produjeron destrozos en la localidad de Soldón da Seara, en el vecino municipio de Quiroga. Pero este caso los propietarios sí tenían las colmenas registradas, por lo que tienen derecho a pedir una compensación económica, además de que ya recibieron pastores eléctricos para proteger los colmenares.

Con anterioridad a estos hechos, a principios del mes pasado, se registró otro ataque de osos en la localidad de Vieiros, también en el municipio de Quiroga. En este caso fueron cuatro las colmenas destrozadas y su propietario, el ingeniero de montes Roi Estévez, pudo igualmente tramitar una compensación y la cesión de un pastor eléctrico. Previamente, en primavera, se registraron episodios similares en Froxán do Courel y Ribas de Sil.

En los dos últimos veranos, la zona más afectada por estas incursiones fue la aldea de Seceda, en el municipio de O Courel, donde varios vecinos se dedican a la producción comercial de miel. En uno de estos ataques -en el 2014- se consiguió por primera vez tomar imágenes de un oso en plena acción en esta zona, utilizando una cámara de fototrampeo. Uno de estos episodios, el año pasado, se produjo en un colmenar que estaba defendido por un pastor eléctrico, aunque los dueños creen que pudo haber sufrido una avería.

Un fenómeno que ya se volvió habitual y que fue pronosticado por los expertos

Según indican los expertos -y como confirmó el vídeo grabado en Seceda hace dos años»-, la mayoría de los ataques a los colmenares son obra de machos en edad juvenil, procedentes de las poblaciones de osos asentadas en León y Asturias. Este comportamiento es habitual entre los ejemplares de esa edad, que suelen realizar largos recorridos de exploración por territorios vecinos a las zonas donde se han criado.

En estos viajes exploratorios, los jóvenes osos pueden entrar en los colmenares para buscar fuentes de alimento cuando no consiguen encontrar suficiente comida en bosques y campos. Muchas veces lo que les atrae no es la miel, sino las larvas de las abejas, que les pueden proporcionar un importante aporte proteínico. Esto se comprobó en algunos de los ataques de Seceda y en el que se produjo en Vieiros el mes pasado, donde el animal incluso dejó intacta la carga de miel de las colmenas.

Los especialistas del la Fundación Oso Pardo que hace algunos años estudiaron las incursiones de osos en Galicia ya adviertieron en su momento que estos episodios de volverían cada vez más frecuentes, dado el incremento que han experimentado las poblaciones leonesas y asturianas de osos grancias a las medidas de conservación. Los ataques que siguen registrando este verano en las montañas del sur lucense parecen estar dando la razón a aquellas predicciones.