Burning, los Berrones y un señor atrapado

La Voz

LEMOS

Así fueron las fiestas de agosto del año 1991 en Monforte

18 ago 2016 . Actualizado a las 13:50 h.

Este año fue Antonio Orozco, pero hace veinticinco eran los Burning. El mítico grupo madrileño de rock cerraba las fiestas de agosto de Monforte de 1991 con un concierto que, igual que el de este año, también reunió a miles de personas en la explanada de la Compañía. Los que lo recuerdan aseguran que fue un concierto largo y muy intenso, un buen broche final para unas fiestas en las que había habido un poco de todo.

Por ejemplo, se había celebrado la cuarta edición de la feria de muestras de Monforte. El balance de los organizadores, que quizá pecaban de optimismo, asegura que habían tenido más de 50.000 visitantes. Eso sí, admitían un problema: el excesivo calor.

También vieron un problema en las fiestas los entonces activos ecologistas del grupo Xevale, que habían solicitado la suspensión de la sesión de fuegos artificiales del río. Aquel año el Cabe bajaba con muy poco caudal a causa de una prolongada sequía, por lo que la cantidad de oxígeno en el agua era escasa. A eso había que sumarle el efecto de los vertidos de aguas residuales de los colectores urbanos. No tuvieron éxito y los fuegos se celebraron.

Como se celebró durante las fiestas una exposición de pintura en la oficina de turismo que tuvo una inauguración accidentada. Uno de los visitantes de última hora la recorrió con tanto interés que no se dio cuenta de que estaban cerrando y se quedó atrapado dentro. Tuvo que hacer saltar la alarma una hora después para que acudiese la Policía Local a rescatarlo.

Incidentes al margen, las fiestas llenaron de visitantes Monforte, sobre todo durante las noches de los conciertos más multitudinarios. Seis días antes que Burning, estrenaban la explanada de la Compañía los Berrones con su rock en asturiano. Tuvieron mucho público, más o menos como Silvia Pantoja, otro de los platos fuertes del programa. La crónica del día después resumía así su concierto: ««Con un traje negro hasta los tobillos, aunque con una abertura generosa en el lateral, Silvia Pantoja cumplió con lo que se esperaba de ella: canción española bien interpretada, con un sonido nada brillante y una notable calidad vocal».