Los técnicos piden a los viticultores que no bajen la guardia con el mildiu

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

roi fernández

El riesgo de infección aún se considera alto por la extensión que alcanzó la plaga

26 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los ataques de mildiu parecen haber remitido en las viñas, aunque en muchas zonas la cosecha se vio seriamente recortada. Pese a la menor incidencia del hongo, los expertos aconsejan no bajar la guardia para evitar nuevas infecciones. «Sigue existiendo riesgo de esta enfermedad», avisa la Estación Fitopatolóxica do Areeiro en su último boletín digital de avisos fitosanitarios, publicado el pasado viernes. Aunque tiene su sede en Pontevedra, las recomendaciones de este centro de investigación de la Misión Biolóxica de Galicia son el referente más cercano para los viticultores de la Ribeira Sacra.

El riesgo de infección de los racimos por mildiu es mínimo cuando llegan al envero, el momento en el que la uva tinta adquiere su particular color azulado y la blanca un tono más dorado. En las zonas de maduración más temprana, esta fase del ciclo vegetativo suele iniciarse por estas fechas. De ahí que los próximos días sean cruciales para mantener la producción de una cosecha muy mermada en algunas riberas.

Por ahora, las condiciones meteorológicas parecen jugar a favor de los viticultores. El sol y la ausencia de lluvias son los mejores fungicidas, aunque las nieblas matinales obligan a estar alerta con el oídio, otro de los enemigos del viñedo. Pero la infección de mildiu es de tal calado en esta campaña que los técnicos no dan por ganada la batalla. «La situación general parece haberse estabilizado, pero no se debe descuidar la vigilancia del viñedo, más considerando que hay un alto nivel de inóculo acumulado en algunas parcelas», advierten la Estación Fitopatolóxica do Areeiro.

Desbroces y deshojados

El control del mildiu no pasa solamente por la aplicación de los tratamientos fitosanitarios adecuados en el momento oportuno. Los técnicos de este centro de investigación insisten en la importancia de llevar a cabo prácticas culturales como desbroces, despuntes y deshojados de las vides.

«Bien realizadas son una medida preventiva fundamental para conseguir un buen control de la enfermedad», señalan. Algunas viñas, según pudieron comprobar, experimentaron ataques de mildiu mucho más intensos debido precisamente «a una deficiente aireación».