«¿Cómo es posible que no conociese un lugar como la Ribeira Sacra?»

LEMOS

ROI FERNANDEZ

El presentador de «Volando voy» se confiesa sorprendido por el paisaje de esta zona y por la viticultura heroica

05 jun 2016 . Actualizado a las 17:08 h.

Un equipo de veinte personas con dos helicópteros y un dron tratan estos días de buscarle a la Ribeira Sacra un ángulo nuevo. Esta comarca natural de paisajes espectaculares entre el Miño y el Sil será la protagonista de uno de los siete episodios de la segunda temporada de Volando voy, el programa del aventurero Jesús Calleja que Cuatro emitirá este verano. El consorcio de turismo le ofreció hace meses a la productora del programa grabar en la Ribeira Sacra. Tras varias comprobaciones previas, decidieron hacerlo. Su objetivo es contar la Ribeira Sacra a quienes, como el propio Calleja, ni siquiera han oído hablar de ella.

-¿Conocía la Ribeira Sacra?

-Para este programa buscamos normalmente lugares que sean espectaculares, pero también poco conocidos. Y no, no conocía ninguno.

-¿La Ribeira Sacra no la conocía ni de oídas?

-No, y no me importa admitirlo. ¿Cómo puede ser que no conociese un lugar tan increíble, extraordinario y mágico? Porque yo soy viajero. No sé cómo es posible que no conociese un lugar con una historia tan interesante como la de la viticultura, el cultivo de laderas de hasta 70 grados en en un cañón que tiene quinientos metros de profundidad. ¿Como puede ser que no conozcamos esa historia? Pero yo espero que con este programa haya un antes y un después en el conocimiento público de esta zona, porque emitimos en hora de máxima audiencia y en domingo, el día de mayor consumo de televisión.

-¿Algún otro lugar de Galicia en el que quiera grabar y no lo hay haya hecho aún?

-El año pasado hicimos cabo Ortegal, este año la Ribeira Sacra y ya estamos trabajando en otras zona de Galicia, porque nos gusta mucho y nos tratan muy bien. Trabajar a gusto es una maravilla

-Lleva ya unos cuantos años trabajando en televisión..

-Diez años ya.

-...Pero en realidad usted es montañero. Ya no recordará la sensación de salir al monte sin una cámara detrás.

-Pues sí, porque todo mi tiempo libre lo empleo en ir a la montaña. Voy todos los días, entreno, regreso y trabajo. Y de vacaciones me voy al Himalaya, porque sigo haciendo mis expediciones. La aventura, la escalada y el alpinismo siguen siendo prioritarias en mi vida, por supuesto.

-Se le ve muy cómodo en televisión. ¿Llegó por casualidad o como vehículo para poder seguir con sus expediciones?

-De carambola. La vida a veces tiene estas cosas, aunque yo no creo en la suerte. Tenía una idea de lo que quería hacer, lo perseguí y lo conseguí. Lo que que ocurre es que me apetecía hacer una televisión diferente, más natural, de verdad, directa, en lenguaje de la calle. Hemos conseguido hacer del documental, que antes lo veía muy poca gente, un programa de prime time en el mejor día de la semana durante diez años.

«Miedo me dan muchas cosas, pero le pongo una barrera»

Jesús Calleja asegura que en sus programas no hay trampa ni cartón y que ese es precisamente su secreto.

-¿Para conseguir documentales de éxito que se puedan emitir en horario de máxima audiencia es necesario dramatizar un poco?

-Es lo contrario, no dramatizamos. Cuando ves un documental siempre ves una voz en off que lo va contando, no se conoce a quién hace la aventura, parece que somos superhéroes que no sufrimos.... Lo nuestro es todo lo contrario. El 80% del programa me lo paso quejándome. ero es que yo soy así, esa es la verdad. Me fascinan tanto las cosas que mi tono de voz sube. Hemos hecho cosas excepcionales que en televisión ni siquiera hemos sabido contar. Tenemos varios récords en globo, porque somos los únicos que hemos volado en el Amazonas, tenemos un récord de distancia, el de vuelo en globo más al norte del planeta, hemos bajado a la sima de Voronia, la más profunda del planeta, que lo intentó en National Geographic y no lo consiguió.

-Pero eso está contado.

-Pero no dramatizado, porque es casi imposible contar que nos quedamos diez días atrapados sin comida en el agujero más profundo de la tierra. En televisión, eso es imposible de dramatizar.

-Escalador, piloto, buceador... Dígame que hay algo que le da miedo.

-Miedo me dan muchas cosas, pero le pongo al miedo una barrera que no traspaso. En realidad, lo que somos es somos buenos gestores del riesgo. No nos ha pasado nunca nada, Es como acercarte al abismo, mirar, contarlo y regresar atrás, sin dar un paso adelante que te pueda hacer caer. Ni a mí ni a nadie del equipo ni a mi nos ha pasado nada estos diez años y hemos hecho cosas extraordinarias.

-Cuál de esas cosas extraordinarias le asustó más.

-El descenso a la sima de Voronia, en Abjasia, de 2.149 metros. Fue una odisea. Y también cuando íbamos en un pequeño velero a la Antártida a escalar una montaña, que nos pilló una tormenta, nos destrozó el barco y estuvimos a la deriva. Y estar a la deriva en el mar antártico con vientos de doscientos por hora fue también bastante terrible.

-Pero cuanto más riesgo, mejor resulta en televisión.

-Hay puntos a los que no me hubiera gustado llegar nunca. Gestionamos bien el riesgo, pero a veces se nos escapa, que también eso es la magia de lo que hacemos. En todo caso, hay que tener la cabeza templada y no entrar en pánico. Tener miedo es bueno porque te hace retroceder, pero entrar en pánico es malo porque tomarás la peor decisión.