Sumilleres neoyorquinos experimentan el vértigo de las viñas de Ribeira Sacra

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Un importador con raíces en Monforte organiza una visita de jefes de compras de algunas de las mejores vinotecas

10 may 2016 . Actualizado a las 10:06 h.

Ribeira Sacra comienza a sonar en Estados Unidos. «Pero menos de los que piensan algunos bodegueros», avisa Juan Paredes, monfortino afincado en Nueva York, donde ha puesto a andar una compañía dedicada a la importación de vinos. Acaba de organizar una visita de jefes de compra y sumilleres de importantes tiendas y cadenas neoyorquinas y de Nueva Jersey por zonas vitícolas del noroeste español. Cigales, Ribera del Duero, Rioja, Sierra de Salamanca, Valdeorras, Rías Baixas y, por supuesto, Ribeira Sacra.

«El viñedo en bancales les ha impactado. A partir de ahora, no van a ver igual los vinos de Ribeira Sacra. Es el camino para esta zona, transmitir esa fuerza que no tienen otros lugares», explica el copropietario de la compañía Spanish Acquisition.

Juan Paredes ha ocupado diferentes responsabilidades vinculadas al mundo empresarial. Fue responsable del Igape en Nueva York y, posteriormente, director de la extinta Caixanova para el noroeste estadounidense. Junto a su actual socia, Laura Brodie, se inició en la distribución de vino de la mano de otro español, Jorge Ordóñez, uno de los importadores más influyentes del sector en ese país.

En el catálogo de Ribeira Sacra de Spanish Acquisition figuran entre otras bodegas Adegas Moure y Don Bernardino. «Penso que a visita non se lles vai olvidar. É moi importante traer este tipo de xente á Ribeira Sacra porque son os vendedores finais dos viños. Non chega con contarlles por que os nosos son máis caros. O mellor é que veñan eles mesmos e o vexan», dice Emilio Rodríguez, de la bodega Don Bernardino.

Entre el grupo que visitó Ribeira Sacra de la mano de Juan Paredes y Laura Brodie estaban los jefes de compras de PJ Wine -tienda de vinos con sede en Manhattan que tiene la mayor facturación de ventas de Estados Unidos-, de la vinoteca del aeropuerto JFK de Nueva York y de la cadena de productos artesanales Wholefoods.

Profesionales con gran experiencia en la cata de vinos de todo el mundo para los que Ribeira Sacra supone una grata sorpresa. «No hay que dejarse engañar. Hay muchos vinos muy buenos y muchos vinos singulares. La globalización es una oportunidad, pero también un peligro. Tan pronto entras como sales del mercado», dice Juan Paredes.

En el caso de Ribeira Sacra, sus principales competidores son los tintos del Bierzo. Más conocidos y consolidados en el mercado estadounidense, aunque suenen algo menos entre la crítica. «Los precios de la mencía del Bierzo son mucho más competitivos, pero esto es otra historia. Por eso Ribeira Sacra debe ser terruño, no identificarse solamente con una variedad determinada», explica el importador.