Ocho años perdidos en el castro del monte de San Vicente

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

El futuro del singular yacimiento arqueológico hallado en Monforte en el 2007 se vuelve cada vez más incierto

04 may 2016 . Actualizado a las 12:28 h.

Tras cinco tentativas infructuosas, el Ayuntamiento de Monforte no tiene previsto volver a pedir a la Xunta un taller de empleo dedicado a la rehabilitación del castro que fue descubierto en el monte de San Vicente do Pino en el 2007. El nuevo proyecto que acaba de solicitar el gobierno local se centra en el acondicionamento del paseo fluvial. Con esta renuncia, la incertidumbre en cuanto al futuro del singular yacimiento arqueológico se vuelve aún mayor que antes. Las únicas intervenciones que se llevaron a cabo en este asentamiento consistieron en una serie de sondeos realizados inmediatamente después de su descubrimiento y al año siguiente, que confirmaron su excepcional valor. Desde entonces no se pudo concretar ninguna iniciativa para dar continuidad a aquellos trabajos.

El abandono del castro monfortino resulta más evidente al contrastarlo con las excavaciones realizadas desde el 2013 en otro yacimiento arqueológico de la comarca, de unas característicsas muy similares. En tres campañas sucesivas de excavaciones, en el castro de Arxeriz -en O Saviñao- salió a la luz un importante conjunto de construcciones de la época prerromana y una amplia colección de piezas arqueológicas. A medida que las antiguas estructuras constructivas se ponían al descubierto, se realizaron trabajos de consolidación para poder manternerlas al aire libre y abrirlas a las visitas turísticas.

 

Un ejemplo de desinterés

Con ocasión de unas jornadas sobre el patrimonio de la Ribeira Sacra celebradas en Monforte el año pasado, el arqueólogo Xurxo Ayán comparó ambos casos y puso el castro de San Vicente como un ejemplo destacado del desinterés de las administraciones públicas gallegas por el legado arqueológico. A este respecto señaló que las excavaciones de Arxeriz son promovidas por una entidad privada, la Fundación Xosé Soto de Fión, propietaria de los terrenos en los que se halla el castro y del museo situado junto al yacimiento, donde está previsto exponer las piezas arqueológicas más importantes que se desenterraron en las excavaciones.

El hecho de que en Monforte no se haya realizado hasta ahora una intervención análoga a la de Arxeriz ha impedido que el yacimiento arqueológico pudiese ser aprovechado como recurso turístico a pesar de su ubicación privilegiada. Hasta ahora sigue siendo el único castro de Galicia que se ha descubierto dentro del perímetro de un casco urbano moderno, con la única excepción del de A Piringalla -también llamado Agra dos Castros-, en la capital de la provincia, que fue encontrado casi al mismo tiempo. Además, se encuentra en el entorno inmediato del parador de San Vicente. Pero el yacimiento es actualmente invisible para los visitantes, ya que los restos de construcciones que se pusieron al descubierto entre el 2007 y el 2008 fueron protegidos con lona geotextil y cubiertos de nuevo con tierra para evitar su deterioro. Las numerosas piezas desenterradas en los sondeos arqueológicos -especialmente fragmentos de cerámica- nunca se han mostrado al público.

El olvido en que se encuentra el yacimiento impide también que se incorpore al patrimonio histórico y arqueológico vinculado al Camino de Invierno, que acaba de ser reconocido opor la Xunta como ruta jacobea y que pasa precisamente junto al monte de San Vicente. El trazado de esta ruta coincide con la vía romana que según el Itinerario de Astorga -un documento del siglo III inscrito en tabillas de barro- unía el castro Dactonio con el asentamiento de Aqua Quintina, una antigua posada cuyos restos se encontraron en la parroquia de San Vicente da Grade, en Chantada. Aunque no está probado que el castro de San Vicente sea el castro Dactonio que mencionaron varios autores griegos y latinos, esta posibilidad le otorga al lugar un atractivo que continúa sin ser aprovechado.

 

una población importante

Los sondeos realizados en el castro de San Vicente fueron dirigidos por el arqueólogo Iván Álvarez Merayo, que identificó diversos restos de viviendas, calles empedradas, aterrazamientos y canales de drenaje. A su juicio, más que de un simple castro hay que hablar de un «oppidum», es decir, una ciudadela de grandes dimensiones y provista de un denso entramado urbano. La antigua población probablemente se extendió por una gran parte del monte