El románico de la Ribeira Sacra que cambió de lugar

Francisco Albo
fRANCISCO ALBO MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

Las iglesias de Chouzán y A Cova llevan seis décadas en su actual ubicación, desde que se construyó la presa de Os Peares

26 abr 2016 . Actualizado a las 22:39 h.

Los visitantes que recorren las cada vez más frecuentadas rutas del románico de la Ribeira Sacra pueden tener la seguridad de que la gran mayoría de los templos de origen medieval de la zona -aunque en muchos casos hayan experimentado importantes reformas y alteraciones a lo largo de los siglos- se hallan en los mismos lugares donde fueron construidas. Solo hay tres excepciones a esta regla, que son las iglesias de Santo Estevo de Chouzán, San Xoán da Cova -ambas en Carballedo- y San Xoán de Portomarín. Las dos primeras ocupan sus ubicaciones actuales desde hace solo sesenta años. Su traslado se llevó a cabo durante las obras de construcción del embalse de Os Peares, terminadas en 1955. La de Portomarín fue cambiada de sitio años después, cuando se se construyó el embalse de Belesar.

El cambio de ubicación de todas estas iglesias fue dirigido por el arquitecto y restaurador madrileño Francisco Pons-Sorolla -fallecido en el 2011-, quien ocupó durante cerca de tres décadas la antigua Dirección General de Arquitectura y fue por mucho tiempo el responsable de la mayoría de las restauraciones de monumentos realizadas en Galicia. Los templos no solo cambiaron de lugar, sino que también sufrieron diversas modificaciones y no presentan exactamente el mismo aspecto que tenían hasta su traslado. Estas alteraciones no fueron algo excepcional en esa época, ya que las normas que se seguían entonces en la restauración de monumentos eran menos estrictas que las actuales. Cambios de este tipo se han señalado en otras intervenciones realizadas por Pons-Sorolla en Galicia. La historiadora Belén Castro Fernández, que dedicó una reciente estudio a la labor del arquitecto en el casco antiguo de Santiago, señala que siguió unos criterios técnicos que en su momento se consideraban adecuados, pero que están superados en la actualidad.

Poca documentación

Hoy en día no es fácil encontrar documentos gráficos que muestren a las iglesias de Chouzán y A Cova en sus ubicaciones originales, al contrario de lo que sucede con la de Portomarín, que gozó siempre de una mayor celebridad por estar situada en pleno Camino de Santiago y por lo tanto fue mucho más fotografiada. Una excepción es una imagen de la primera de ellas que forma parte del Catálogo-inventario monumental y artístico de la provincia de Lugo, una obra inédita del escritor, pintor e historiador del arte Rafael Balsa de la Vega que fue digitalizada recientemente. Las fotografías incluidas en este inventario fueron tomadas entre 1911 y 1912.

La iglesia de Chouzán se asienta actualmente sobre una plataforma levantada para compensar la fuerte inclinación del terreno en el que fue reconstruida. La cabecera del templo es la original, aunque la longitud de su tramo recto es algo mayor que la que tenía antes. La nave, edificada con piedra de esquisto, es considerablemente diferente de la original y tiene la misma anchura que el ábside, mientras que antes la sobrepasaba con creces. En su interior se conservan capiteles románicos y pinturas murales del siglo XVI.

Paso de barcas

El entorno en el que se encuentra ahora el edificio es también muy disinto del primitivo. El templo se hallaba cerca de uno de los más importantes y antiguos pasos de barcas de esta zona del Miño, llamado Porto Monsulio en los documentos medievales.

En cuanto a la iglesia de San Xoán da Cova, también presenta notables diferencias con respecto a la edificación antigua. En la reconstrucción de la nave se utilizó igualmente el esquisto, combinándolo con el granito usado en el templo original. La fachada principal se alteró al añadirle una espadaña.

Antiguos monasterios

La iglesia románica de Chouzán fue construida probablemente en el siglo XII y estuvo asociada a un monasterio del que ya hay noticias históricas en el siglo X, en una donación del obispo de Lugo. También perteneció a un monasterio la iglesia de San Xoán da Cova (a la derecha), que se edifició a comienzos del siglo XIII. En este caso se trataba de un convento dúplice -de monjes y monjas, algo común en la época- que después fue solo femenino