El matadero comarcal que nunca fue

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Las instalaciones de Mafrilemos iban a dar cobertura a varios municipios, pero el proyecto no llegó a prosperar

28 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay quien lamenta que el edificio del antiguo matadero de Monforte fuese demolido sin más miramientos. Puede que su valor arquitectónico mereciese el indulto, pero las instalaciones que se levantaban en los terrenos de la actual guardería municipal se habían quedado obsoletas hacía tiempo. Las nuevas normar derivadas de la adhesión de España a la Comunidad Europea había puesto contra las cuerdas al Ayuntamiento, al que apremiaba entonces Sanidad para que pusiese en marcha un centro para el sacrificio del ganado que pudiese ser homologado.

Los primeros pasos en esa dirección se dieron a comienzos de los noventa, con Celestino Torres al frente de la alcaldía. La idea era crear en Monforte un moderno matadero que diese cobertura a todos los municipios de la zona sur de la provincia. Hubo un sinfín de reuniones entre los alcaldes, pero no tardaron en surgir los habituales escollos localistas. En los primeros meses de 1995, con Torres en el Parlamento de Galicia y José Castiñeira de regidor, Quiroga anunciaba que construiría unas instalaciones propias en las que prestaría servicio también a Ribas de Sil y Folgoso do Courel.

Castiñeira puso enseguida en duda la viabilidad de aquel proyecto, pero más pronto que tarde tuvieron que rehacerse las cuentas del proyecto del matadero monfortino. El de Quiroga, sin embargo, no fue el único desmarque. Con el tiempo se fueron cayendo otros socios de la lista inicial, hasta que quedaron únicamente Monforte y Sober. En marzo de 1996, ya con Nazario Pin en la alcaldía, se dio visto bueno al concierto entre ambos ayuntamientos y la firma Matadero Frigorífico de Lemos para la construcción de las actuales instalaciones del polígono industrial, ahora en concurso de acreedores.

El concierto establecía una duración indefinida, aunque debería revisarse a los veinte años -que se cumplen curiosamente ahora- «para posibles aportaciones o ampliaciones en el recinto». El convenio obligaba a Mafrilemos, por lo demás, a incorporar a su plantilla a los tres trabajadores que atendían el viejo matadero de la carretera de Ourense.

Reparto de gastos

Respecto a la financiación, Monforte y Sober aportaban, respectivamente, 37 y 6,8 millones de las antiguas pesetas, el 15% de los 321,8 millones en los que estaba presupuestada la ejecución del proyecto. La Xunta de Galicia, por su parte, contribuía con 130 millones de pesetas.

La compra de los terrenos del Matadero Frigorífico de Lemos fue efectuada por el Ayuntamiento de Monforte, por algo más de once millones de pesetas. Visto que Mafrilemos necesitaba un préstamo hipotecario -y la entidad bancaria exigía que fuese propietaria de la parcela-, se modificó el convenio para vender los terrenos a la empresa por ese precio. La decisión fue adoptada en un pleno celebrado en julio de 1997 y el BNG se abstuvo por entender que con esa fórmula peligraría la reversión del solar en caso de ser necesaria.

La parcela que se destinó al matadero Mafrilemos no fue comparada a Sigalsa sino a la empresa Campoverde, que al parecer barajaba por aquel entonces la posibilidad de instalarse en el polígono de Monforte.

El alcalde dice que la gestión es privada y que el concurso no afecta al Ayuntamiento

El administrador concursal se puso en contacto recientemente con el Ayuntamiento de Monforte para saber si figuraba entre los acreedores de la empresa Mafrilemos. La respuesta fue negativa. Ni hay deudas pendientes ni implicación alguna en la gestión de las instalaciones, según precisa el alcalde, José Tomé. «Nestes momentos o Concello non ten nada que ver coa xestión do matadoiro. No seu día se lle venderon á empresa catro parcelas do polígono, cunha superficie de 8.000 metros cadrados. O seu funcionamento hoxe é estritamente privado», aclara.

A raíz de que trascendiese la apertura del proceso de liquidación de la empresa, Tomé solicitó de los servicios municipales toda la documentación disponible sobre los acuerdos suscritos en su día con Mafrilemos. También mantuvo conversaciones al respecto con el exalcalde Nazario Pin, en cuyo mandato se construyeron las instalaciones del polígono industrial.

Única contrapartida

La única contrapartida que afectaba al Ayuntamiento, según Tomé, era el compromiso de la empresa de aplicar un precio ventajoso a los carniceros de Monforte con respecto a otros municipios. «Como se foron construíndo matadoiros noutros concellos, esa cláusula perdeu o sentido que tiña cando se incluíu no concerto», detalla. El alcalde espera reunirse en los próximos días con la empresa y el administrador concursal para valorar posibles salidas a los problemas económicos del matadero.