Un jesuita interesado por las ciencias

La Voz

LEMOS

08 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Baltasar Merino nació en 1845 en la localidad burgalesa de Lerma y a los 15 años de edad ingresó en la orden jesuita. Tras cursar estudios de filosofía fue destinado a La Habana para enseñar retórica en una institución religiosa y permaneció tres años en la capital cubana. Después residió por un tiempo en la ciudad de Baltimore -en Maryland, Estados Unido-, donde estudió teología. Una vez que se completó su ordenación, fue enviado trabajar como enseñante en un seminario de Puerto Rico, pero los problemas de salud que padecía le impidieron seguir viviendo bajo el clima antillano.

El religioso fue trasladado entonces a un colegio de la villa de A Guarda, donde seguiría residiendo hasta su muerte en 1917. En este establecimiento se dedicó a la enseñanza de la química, la física, la meteorología y la botánica. En estas dos últimas disciplinas científicas realizó además una serie de importantes contribuciones como investigador.

Meteorología y botánica

Merino se ocupó del observatorio meteorológico del colegio de A Guarda, uno de los primeros que existieron en Galicia. El estudio de la meteorología lo llevó a interesarse por la botánica, iniciándose en este campo con el apoyo del célebre naturalista Víctor López Seoane, uno de los más importantes científicos gallegos de todos los tiempos y colaborador de Charles Darwin.

Durante los siguientes años de su vida, Baltasar Merino se dedicó a investigar de forma sistemática la flora de Galicia, un campo en el que realizó sus aportaciones más importantes como investigador. Sus primeras publicaciones sobre botánica aparecieron en 1895 y 1895. Esta importante labor fue reconocida con su nombramiento como presidente honorario de la Academia Internacional de Geografía Botánico, un organismo con sede en Francia. Este honor le fue conferido dos años antes de su fallecimiento. Sus trabajos marcaron fuertemente las investigaciones que se han realizado en Galicia en el terreno de la botánica desde entonces.