Un recorrido a flor de agua por los cañones del Sil

La Voz MONFORTE / LA VOZ

SOBER

En el club náutico de Doade empieza una espectacular ruta fluvial

23 mar 2015 . Actualizado a las 13:35 h.

Son varias las opciones que se ofrecen a los visitantes para conocer los atractivos parajes que guardan en su interior los cañones del Sil. Pero sin lugar a dudas, la más popular y demandada en la actualidad son las rutas fluviales a bordo de catamaranes. Los dos puntos principales de embarque son el club náutico de Doade -en una franja de la orilla que pertenece al municipio de Monforte- y el embarcadero ourensano de Santo Estevo, aguas abajo, en las proximidades del embalse del mismo nombre. Este itinerario fluvial permite disfrutar de una espectacular perspectiva del enorme surco labrado por el río durante millones de años, muy diferente de que ofrecen los miradores situados en las dos orillas. En el recorrido se pueden admirar masas boscosas que en algunas zonas cubren por completo las abruptas laderas y grandes extensiones de viñedos cultivados en terrazas que fueron construidos en pendientes a veces casi verticales, toda una muestra de lo que se conoce como viticultura heroica. La historia de estos viñedos está estrechamente vinculada a las comunidades monásticas que florecieron en las riberas del Sil en la Edad Media. En estos parajes, de un carácter único en el territorio gallego, reina un impresionante silencio que solo rompen las voces de las aves y el murmullo de las aguas al paso de la embarcación. Punto de embarque El punto de inicio de esta travesía está en el embarcadero de Doade, junto a un puente que salva el cauce del Sil. En la primera parte de la ruta, el viñedo es el protagonista durante un buen trecho. En la orilla lucense se encuentra una de las mayores zonas de viñedo de la Ribeira Sacra. La margen opuesta ofrece un fuerte contraste. En estas laderas orientadas al norte predominan los bosques de castaños y otras especies frondosas. Más adelante el relieve se suaviza. Pasamos por la zona de Amandi, donde las viñas siguen reinando. Pero ahora también pueden verse en la orilla ourensana, en tierras de los municipios de A Teixera y Parada de Sil. En el siguiente tramo de la ruta fluvial la orografía cambia drásticamente. Los suaves valles dan paso a enormes paredes graníticas que se elevan hasta alcanzar alturas próximas a los quinientos metros sobre el nivel del río. Entre estos roquedales también ha dejado su huella la viticultura heroica, en lugares como Souto Vello y As Lobeiras -en la parroquia de Santiorxo, del municipio de Sober-, que son claros ejemplos del aprovechamiento extremo del terreno para el cultivo de los viñedos. Zona escarpada El recorrido continúa por una de las zonas más escarpadas del cañón del Sil. Por encima y a nuestra derecha se encuentran los miradores de O Boqueiriño y A Cividade, en tierras soberinas de Bolmente. A la izquierda, en la ribera ourensana, destacan el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil y los miradores de Pena Cerrada, Cabezoás y A Columna. En esta parte el cauce del río da un brusco giro a la derecha, pasando por la Rega do Choucán y la Rega de Ardán -en la parroquia soberina de Santa María de Bolmente-, unas zonas muy abruptas dedicadas a viñedos donde solo las barcas permiten transportar las uvas. Ya cerca del final de este recorrido dejamos a nuestra derecha el embarcadero soberino de Os Chancís, con una zona de recreo y varias plantaciones de viñedo. Seguidamente llegamos a la altura del embarcadero de Santo Estevo, en la orilla ourensana, donde termina la ruta.

Cómo llegar

Para llegar al principal punto de embarque de la ribera lucense, hay que salir de Monforte por la carretera LU-601 en dirección a Castro Caldelas. En el kilómetro 18, al lado del puente que cruza el Sil, se encuentra el club náutico de Doade