La Xunta lleva años retrasando el remate del Eixo do Ribeiro con el argumento de que la inversión se solaparía con la que el Ministerio de Fomento estaba haciendo en la construcción de la autovía Ourense-Lugo. Efectivamente, el trazado diseñado por los técnicos para hacer pasar la A-56 por el municipio de Carballedo discurre prácticamente en paralelo a la LU-901. Construir la autovía y al mismo tiempo arreglar esta carretera parecería un derroche. Poco ha importado hasta ahora que estas fuesen las únicas obras paralizadas en Galicia por el recorte de inversiones aplicado por Fomento en el 2010.
Cuatro años después, la presión de alcaldes y empresarios de los municipios lucenses y ourensanos por los que iba a pasar esta autovía sigue sin dar resultado, y nadie sabe cuándo se retomarán las obras. Pero como tampoco hay quien se atreva a enterrar el proyecto definitivamente, no había financiación para ampliar la LU-901.
Entre los daños colaterales provocados en Carballedo por el atasco simultáneo de estas dos infraestructuras está el proyecto de construcción de un polígono industrial en la salida de A Barrela hacia Cea. El Ayuntamiento y la Diputación habían firmado en el 2005 un convenio para construirlo. «Agora non queren -se lamenta el alcalde?, porque din que sen autovía non ten sentido».