La idea de poner en marcha Semente Monforte surgió del industrial César Vázquez, gerente de un concesionario de vehículos y uno de los agraciados por la lotería. El punto de partida era que al menos una parte de los 120 millones de euros que dejó el Gordo de Reyes revierta en fines sociales o en actividades que sirvan para generar empleo.
A la iniciativa se sumó un grupo de beneficiarios del sorteo y varias personas a las que no les había tocado pero que estaban dispuestas a trabajar en el proyecto. Desde el primer momento, contaron con el apoyo del alcalde y de personalidades locales como María Emilia Casas, expresidenta del Tribunal Constitucional, y la propia Julia Otero.
El planteamiento inicial era que la asociación inicial derivase en una fundación encargada de tutelar las iniciativas financiadas con aportaciones anónimas de la lotería.