La mano de obra deja de ser un problema durante la vendimia

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

Las bodegas reciben ahora más ofertas de las que pueden atender

31 ago 2014 . Actualizado a las 12:32 h.

Los apuros por los que pasaban muchas bodegas de Ribeira Sacra hasta no hace mucho para conseguir vendimiadores se esfumaron con la crisis económica. El descenso de la actividad en el sector de la construcción, muy especialmente, cambió las tornas por completo. «En otros tiempos teníamos apuros, pero ahora hay colas», reconoce un bodeguero de la subzona de Amandi, al que le llegaron más de cien solicitudes con vistas a la campaña de recolección que se iniciará el próximo mes.

No es tarea fácil, sin embargo, entrar en el cupo de vendimiadores de las bodegas. La mayoría tienen equipos formados de anteriores campañas y prefieren recurrir a gente conocida. «O traballo é duro e hai xente que vén con moitos ánimos pero que enseguida se cansa», dice un integrante habitual de estas cuadrillas.

La experiencia en la vendimia, por la que parece, son palabras mayores. «Un traballador pode ser barato por cen euros e outro caro pola metade. A xente que vén sempre colle unha prática coa que se aforra moito tempo. O problema é que moitos, sobre todo os máis novos, apúntase un ano porque lles fan falta os cartos e logo deixan de vir», explican en una bodega.

Los salarios varían y dependen de las características del viñedo y de las labores que desempeña el vendimiador. Aunque la gran mayoría de las viñas de la Ribeira Sacra presentan condiciones orográficas adversas, no es lo mismo una parcela que dispone de montacargas que otra en la que hay que sacar al hombro toda la uva.

El sueldo también difiere según los cometidos que corresponden al vendimiador. Si corta la uva únicamente, el jornal puede ser de cincuenta euros. En caso de que tenga que cargar con las cajas un buen trecho, se puede llegar a cien. Los bodegueros costean la manutención de los trabajadores mientras duran las labores de la recogida de la uva. En algunos casos, la vendimia solo se hace de mañana y por la tarde el horario se completa con la descarga en la bodega.

Mercado restringido

El mercado de mano de obra para la vendimia, pese a todo, sigue siendo bastante restringido en la Ribeira Sacra, incluso a pesar de la crisis demográfica que padece este territorio. Muchos viticultores reúnen a familiares y amigos para recoger las uvas que luego entregan en las bodegas. Son los elaboradores de cierta entidad y que disponen de viñedo propio las que recurren a la contratación temporal de trabajadores para vendimiar.

Además de los elevadores que proliferan de un tiempo a esta aparte por la ribera, las pistas construidas en los últimos años hicieron más llevadera la recolección de la uva. Las condiciones de trabajo, paradójicamente, mejoran justo cuando las aldeas se despueblan. «De la gente de los pueblos de los alrededores olvídate, o no la hay o es muy mayor, se queja un bodeguero.