En los últimos días se produjeron en el municipio de Bóveda tres incendios forestales que fueron controlados antes de que se descontrolasen, pero que eran potencialmente muy peligrosos. los tres ocurrieron al borde de carreteras que pasan por medio de grandes masas de pinos de repoblación. No hay constancia de que haya aparecido pruebas físicas de que hayan sido provocados, pero en el Ayuntamiento y en los servicios forestales temen que esta sucesión de incendios no sea una simple casualidad.
El último de esta serie de fuegos comenzó poco antes de las dos de la tarde de ayer en un monte cercano al campo de fútbol de Bóveda. El incendio empezó al pie de la carretera LU-P-0903, que lleva de Bóveda a la aldea de A Raíña. Se trata de una zona en ladera con una pendiente considerable y situada en medio de una gran masa forestal. En el punto en que empezó el fuego hay pinos tanto por arriba como por debajo de la carretera, y a unos cien metros de allí empieza una plantación de eucaliptos.
Los otros, en Vilarbuxán
El fuego fue detectado rápidamente y los servicios de extinción llegaron en poco tiempo, lo que permitió controlar el fuego antes de que se descontrolase ladera arriba. Aún así ardieron decenas de pinos en una superficie de entre 2.000 y 3.000 metros cuadrados. El alcalde, José Manuel Arias, que intervino en los trabajos de extinción, felicitó a los medios de extinción por su reacción.
Los otros dos incendios de estos días en Bóveda se produjeron en la parroquia de Vilarbuxán, más al norte que el de ayer y en una zona próxima al límite con el municipio de Paradela. La superficie calcinada en esos dos casos fue incluso menor que la de ayer en la carretera de A Raíña.
En todo caso, la posibilidad de que se trate de sucesos provocados por la misma persona resulta preocupante porque debido a su orografía y a que tiene importantes manchas de plantaciones forestales, se trata de una zona difícil para combatir un fuego de grandes dimensiones.