Registran con perros antidroga la hamburguesería de Chantada en la que fue tiroteada una camarera

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTA / LA VOZ

LEMOS

Durante el registro, la Guardia Civil cortó el tráfico en la avenida de Ourense y la plaza Santa Ana
Durante el registro, la Guardia Civil cortó el tráfico en la avenida de Ourense y la plaza Santa Ana Carlos Cortés

El detenido como autor de los disparos estuvo presente en el registro

29 ago 2014 . Actualizado a las 03:52 h.

Agentes de la Guardia Civil uniformados y de paisano registraron ayer a fondo la hamburguesería de Chantada en la que Sonia Figueiroa recibió un balazo en la cabeza el martes por la noche. También entraron en un piso y un garaje. Buscaban droga, pero no la encontraron, no al menos en una cantidad significativa. Antonio Fernández Fente estuvo presente en los tres registros. Era la primera vez que lo sacaban del cuartel desde su detención. No dejó que los fotógrafos le viesen la cara. Se tapó la cabeza en todo momento con una chaqueta.

El primer registro empezó a las diez menos cuarto de la mañana en la hamburguesería Piscis. Para mantener a distancia a periodistas y curiosos, los agentes colocaron un precinto que cortó al tráfico la avenida de Ourense y parte de la plaza Santa Ana. Por la envergadura del despliegue y el tiempo que duró, parecía que estaban tratando de reconstruir cómo se produjo la agresión. Pero no era así. Todo apunta a que el objetivo fundamental era buscar cocaína o cualquier otra droga ilegal. Por eso en el operativo participó también un perro de la unidad canina de la Guardia Civil.

Los policías locales que entraron primero en la Piscis el martes por la noche se fijaron antes de nada en la pistola que estaba sobre la barra. Pero en cuanto al sospechoso fue detenido y el peligro de un posible enfrentamiento había pasado, repararon en que en la barra había también dos papelinas con restos de polvo blanco. Los análisis confirmarán si, como piensan los investigadores, se trata de cocaína y si el detenido la había consumido poco antes.

Los registros de ayer trataban de aclarar algo más. Los investigadores quieren saber si a lo que parece un caso más de violencia machista hay que sumarle también una acusación por tráfico de drogas. Con las diligencias judiciales en una fase tan inicial, es difícil saber si la Guardia Civil tiene realmente alguna sospecha fundada o solo trata de tirar del hilo de las papelinas vacías.

En cualquier caso, y según las fuentes consultadas, ayer no apareció ningún alijo de droga en la hamburguesería, el piso o el garaje en el que el detenido guarda su coche. El primer registro duró cerca de dos horas, el segundo hora y media y el último veinte minutos. Casi cuatro horas en total, en las que la Guardia Civil se incautó solo de algunos efectos personales del sospechoso.

La búsqueda de estupefacientes puede explicar que se esté prolongando tanto el período de detención de Antonio Fernández Fente. No es habitual que para un caso relativamente sencillo, como parecía este, se apure tanto el plazo máximo de 72 horas del que disponen las fuerzas de seguridad antes de llevar a un detenido al juez.