Una comisión de alcaldes pide hoy a la ministra de Fomento la reactivación de las obras de la autovía A-56

LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

12 may 2014 . Actualizado a las 13:52 h.

El último accidente mortal en el conflictivo tramo de la N-525 entre Ourense y Cambeo, ocurrido el 25 de marzo, reactivó el debate sobre la peligrosidad de este acceso a la capital. Murió una octogenaria y su nuera resultó gravemente herida. Este siniestro volvió a poner de relieve los problemas que causa el tráfico en la zona, donde naves comerciales y un colegio tienen complicados accesos a la transitada vía principal.

Alcaldes y empresarios han recordado la necesidad de acometer una actuación que por un lado mejore y dé mayor seguridad a los conductores de los municipios colindantes y, por otro, modernice el acceso a Lugo y a la cornisa cantábrica.

El empresario de Vilamarín Lisardo González, que perdió a su tía Elvira en ese trágico accidente, defiende que las fuerzas políticas y sociales de Ourense se unan para presionar y conseguir que se retome el proyecto, ahora parado, de la autovía a Lugo, la A-56. Se expropiaron terrenos y se comenzaron obras en el tramo entre San Martiño y A Barrela, en el sur de la provincia de Lugo. La empresa adjudicataria estuvo trabajando de sol a sol para avanzar los trabajos después de un invierno muy lluvioso, pero en julio de 2010 se paralizaron los trabajos, recuerda González.

El empresario cree que es una vía fundamental para que las empresas puedan tener una buena conexión con la cornisa cantábrica sin tener que dar la vuelta por Castilla y León para ir al norte de España. «Es nuestra AP-9 y nadie lucha por ello», sostiene González, quien considera que es un vial necesario para la cohesión de la Galicia interior.

Trece alcaldes, entre ellos los ourensanos de Coles y Vilamarín, crearon una plataforma para reivindicar su continuación y una comisión se reunirá hoy con la ministra de Fomento. González considera que mejoraría la entrada a Ourense, que piensa que es muy peligrosa con el actual trazado de la N-525, en concreto porque hay a menudo invasiones del carril contrario.

El alcalde de Vilamarín, Amador Vázquez, apunta que buscaron recabar el apoyo del presidente de la Xunta a este proyecto y que Alberto Núñez Feijoo les dijo que les echaría una mano en este tema, en particular, en lo que afecta al denominado Eixo do Ribeiro, una vía rápida entre Ribadavia, Cea y A Barrela que está sin ejecutar y que discurriría paralela a la proyectada y paralizada autovía a Lugo.

Habían empezado los desmontes en Carballedo

El primer tramo de la autovía A-56 entre Vilamarín y el concello lucense de Carballedo se adjudicó en 2008 por 32 millones de euros. Después de pagar expropiaciones, en el año 2010 se acometieron trabajos para el desmonte de diez kilómetros. Trabajos que se paralizaron en el mes de julio de ese año por decisión económica del Gobierno de entonces, dejando dividido en dos al municipio de Carballedo al haberse paralizado los trabajdos