Hacia las viñas de Pena do Macho

carlos rueda / francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CARLOS RUEDA

La aldea soberina de Sampil conserva una espectacular ruta vitícola

18 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Un recorrido por el antiguo camino de Albite, en la localidad soberina de Sampil, sirve para dar una idea de las difíciles condiciones de vida que reinaron durante mucho tiempo en las aldeas de las abruptas riberas del cañón del Sil. Este sinuoso camino lleva desde Sampil hasta los viñedos de la Pena do Macho -los únicos que existen en la zona- y continúa ladera abajo hasta la Devesa de Albite, un bosque caducifolio situado en las cercanías del río. Esta ruta es la que tenían que recorrer con frecuencia los vecinos de Sampil para cultivar las viñas y abastecerse de leña, por lo que desempeñaba un importante papel en el tipo de vida tradicional de estas tierras.

El camino tiene menos de un kilómetro de longitud, pero presenta un notable grado de dificultad debido a la fuerte inclinación del terreno, que sin duda resultaba mucho mayor cuando era preciso recorrerlo cargando las uvas y la madera. Antes de iniciar la caminata conviene detenerse un poco a visitar el pueblo de Sampil, donde se conservan algunas notables muestras de arquitectura tradicional de la zona.

La ruta comienza en la parte baja de la localidad. Al cabo de medio kilómetro, el camino da un brusco giro a la izquierda en el lugar conocido como A Regateira. Este punto es el último al que podían llegar los carros de bueyes, ya que a partir de aquí la pronunciada pendiente del terreno no les permitía avanzar.

Una finca amurallada

En este mismo trecho de A Regateira a la derecha del camino, destaca la presencia de una peculiar construcción. Se trata de un elevado muro de piedra construido para delimitar una finca de considerable extensión que en tiempos fue propiedad de un vecino de Sampil. El cierre tiene tramos cuya altura rebasa el metro y medio. En algunos lugares su grosor es de cerca de un metro. Si caminamos un poco a mano derecha a lo largo del muro llegaremos a una de las puertas de entrada de la finca, que actualmente se encuentra abandonada y cubierta de maleza.

Desde este punto solo hace falta recorrer otros trescientos metros para llegar a la Pena do Macho y al arroyo de Albite. Más adelante el camino está cerrado por la maleza. En otros tiempos, cuando todavía estaba despejada, la senda seguía avanzando entre antiguas plantaciones de viñedos y finalizaba en la localidad de Portabrosmos, en la zona de Chanteiro.

Desde la Pena do Macho es posible disfrutar de una excelente vista panorámica del cañón del Sil. Por debajo del camino se extienden viñedos plantados sobre pendientes extremas. A nuestra izquierda y por encima de nuestras cabezas se encuentra el asentamiento castreño de O Castriño. Y enfrente de nosotros discurre el cauce del Sil, que nos separa de la ribera ourensana.