La Consellería de Cultura destinará una partida para financiar trabajos de rehabilitación en el claustro del monasterio de las Bernardas de Pantón, con lo que esta parte de la edificación histórica podrá abrirse a las visitas. La concesión de la ayuda fue anunciada por el propio titular del mencionado departamento, Jesús Vázquez, durante la visita que efectuó al municipio el pasado viernes.
El alcalde José Luis Álvarez señaló que hace ya tiempo -después que se ejecutasen las obras de reparación de la cubierta del monasterio- que había pedido a la consellería una ayuda para acondicionar este espacio y permitir que acogiese visitas, algo que no es posible actualmente debido a su deficiente estado de conservación. Hasta ahora, los visitantes solo pueden ver el claustro a través de unas planchas de vidrio que lo aíslan del resto del edificio.
La ayuda se dedicará a reparar los revestimientos interiores del claustro y las porterías del monasterio, que sufren deterioros de diverso carácter. Las actuales revocaduras, elaboradas con mortero de cemento, serán remplazadas por otras de mortero de cal y area, que se consideran más apropiadas para un edificio histórico de estas características y más adecuadas a los actuales criterios de restauración y conservación del patrimonio.
Para el verano
Las obras, según indica por otro lado el alcalde, no encierran mucha complicación y podrán llevarse a cabo con rapidez una vez concluya el proceso de contratación. A su parecer, podrán estar terminadas para el verano y el claustro ya podrá abrirse para entonces a las visitas.
El claustro está considerado como uno de los elementos arquitectónicos más antiguos del monasterio de Ferreira, ya que su construcción se remonta al siglo XV. El resto de la edificación data del siglo XVIII. La iglesia románica de Santa María adosada al cuerpo principal de la construcción fue levantada en el siglo XII. El conjunto goza de la categoría de bien de interés cultural. Además de su considerable valor arquitectónico y artístico, el monasterio de las Bernarda ofrece un excepcional interés histórico por albergar la única de las antiguas comunidades monásticas de la Ribeira Sacra que sigue existiendo en la actualidad. Perteneció originalmente a la orden benedictina y después se sumó a la reforma cisterciense. Durante toda su historia ha estado ocupado por monjas. Es también el único monasterio de Galicia que cumplió su función de forma ininterrumpida desde la Edad Media, sin quedar abandonado en las desamortizaciones del siglo XIX. En los últimos años, el recinto del monasterio y su entorno inmediato fueron objeto de diversas obras de mejora.