Numerosos artefactos fabricados por un solo grupo de cazadores

La Voz

LEMOS

20 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Aunque el yacimiento de Valverde consta de un gran número de artefactos tallados en cuarcita, cuarzo y sílex, los arqueólogos opinan que son obra de un mismo grupo humano. «Todas las piezas muestran una gran homogeneidad en el aspecto técnico y no presentan características que hagan pensar que fueron fabricados por diferentes comunidades», apunta Arturo de Lombera.

En este importante conjunto se han encontrado numerosas piezas a medio trabajar que han permitido a los arqueólogos reconstruir con gran detalle su proceso de elaboración. Y también han podido registrar una notable similitud entre el procedimiento técnico de fabricación de estas herramientas y las de los yacimientos solutrenses portugueses de Foz Côa, lo que sugiere la existencia de contactos culturales entre estas dos zonas.

Estancias prolongadas

El yacimiento de Valverde se encuentra en medio de la ladera, a una altura de 385 metros, en un lugar desde que se puede controlar visualmente un amplio territorio y sobre todo el paso natural entre las depresiones de Monforte y Bóveda. Los investigadores opinan que fue una atalaya especialmente interesante para vigilar el paso de los rebaños de herbívoros que constituían la principal fuente de alimentación de los grupos nómadas de cazadores-recolectores del Paleolítico Superior. Entre estos animales podría encontrarse el reno, que entonces formaba parte de la fauna gallega y del que se han hallado restos fósiles en lugares como la cueva de A Valiña, en Castroverde.

Pero la abundancia de industrias líticas indica que el lugar fue algo más que un simple apostadero de caza. «Debió de se ser un asentamiento de un carácter más doméstico, un campamento que ocuparon durante cierto tiempo y donde además de controlar el territorio desarrollaron otras actividades, como la fabricación de herramientas», opina De Lombera. «Lo que no sabemos es si permanecieron en ese lugar durante unas semanas, o unos meses, o si lo ocuparon repetidamente durante varias estaciones. Eso lo podríamos determinar mejor si el yacimiento estuviese enterrado en una cueva, porque conservaría unos rastros mucho más precisos», añade.