«Mens sana in corpore sano»

Moncho Núñez Centella

LA VOZ DE LA ESCUELA

«Bodegón con granadas y manzanas, cajas de dulces y otros recipientes», de Luis Egidio Meléndez (1716-1780). Museo del Prado
«Bodegón con granadas y manzanas, cajas de dulces y otros recipientes», de Luis Egidio Meléndez (1716-1780). Museo del Prado

«La virtud es la única senda para una vida tranquila» (Juvenal)

31 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Vaya por delante que el estímulo de la actualidad para pensar en un calificativo me llevaba a podrido, pero por aquello de ver el lado positivo de las cosas me he inclinado por sano. En el tercer cuarto del XVIII Luis Meléndez pintó ese lienzo, en una serie destinada al Gabinete de Historia Natural del Príncipe de Asturias (futuro Carlos IV). Además de cajas, un recipiente de miel y un cántaro cerrado con paño, podemos ver frutos de dos tipos: del granado (Punica granatum) y del manzano (Malus domestica). Curiosamente, la manzana es hoy un símbolo de salud y lozanía, y de ahí la expresión estar sano como una manzana. El caso es que, aunque en la inmensa mayoría de los bodegones las frutas están sanas comme il faut, en los de Meléndez, que es uno de los mejores pintores de naturalezas muertas, aparecen muchas veces con manchas, y en este el comienzo de podredumbre convierte a un ejemplar en protagonista. Esa manzana deja de ser símbolo de la tentación para convertirse en aviso del carácter efímero de la vida y los placeres, y así el bodegón de Meléndez representa una especie de aviso público de la corrupción. Pero aún hay salida. Con una condición: si la queremos disfrutar (es decir, gozar del fruto), hemos de cortar por lo sano. Ya. No hace falta ser biólogo para predecir el futuro de esa manzana.

Puede intentarse demorar el deterioro de las frutas sanas. Recordemos que el proceso de putrefacción está causado por los organismos descomponedores, como algunos hongos y bacterias, que terminan convirtiendo la materia orgánica en inorgánica. Este proceso se puede retrasar si reducimos la humedad, que es lo que se hace al deshidratar o confitar las frutas, como las que probablemente contendría alguna de las cajas de ese bodegón. Otros métodos de conservación de alimentos son, como se sabe, la salazón (que también es desecación), la congelación (que retrasa todo proceso orgánico) o el vacío, para aislar del aire por el que pueden llegar descomponedores. Pero no nos engañemos. El adjetivo sano es antónimo de podrido, de enfermo y hasta de corrompido, pero sano no es lo mismo que incorrupto. Pensemos, por ejemplo, en el brazo o mano de santa Teresa, en la lengua de san Antonio de Padua, en el dedo de Galileo Galilei y en las momias en general, que pueden estar incorruptas, pero no están sanas. La sociedad necesita individuos sanos, no incorruptos. Hasta aquí puedo escribir.

La expresión latina que sirve de título se corresponde con la primera de las citas y proviene de una sátira del poeta Juvenal, donde tras afirmar que hemos de pedir salud física y mental, continúa invitando a solicitar fortaleza de espíritu, a valorar la vida que nos resta, a superar los esfuerzos y liberarse de deseos, para terminar diciendo que «la virtud es la única senda para una vida tranquila». Como se ve, el poeta va mucho más allá del sentido que quiere darse a la expresión en latín, como si fuera una invitación al deporte. Las etiquetas serían #salud y #sano. Como lo del corpore sano parece en general fácil de entender (a no ser que pensemos en el cuerpo político), forzosamente hemos de reflexionar sobre la mens sana. ¿Qué es una mente sana? Se trata de algo complejo, y por ello la OMS no ha aceptado ninguna definición oficial sobre el tema. Es clásico afirmar que la salud mental se caracteriza por un estado de equilibrio entre la persona y su entorno, de modo que puede participar normalmente en las actividades sociales, con un nivel adecuado de bienestar y calidad de vida; es decir, para poder llevar lo que Juvenal llamaría una vida tranquila, en la que el camino es la virtud. Y por seguir en los clásicos, recordemos las antiguas virtudes cardinales: la prudencia que viene del ejercicio de la razón; la fortaleza necesaria para controlar las emociones; la templanza, haciendo que la razón supere los deseos, y la justicia, que lo integra todo. Como receta no está mal. Individualmente, cada uno que lo cocine como pueda, pero en la res publica necesitamos políticos sanos, es decir, virtuosos.

Palabras con historia 

Debemos pedir una mente sana en un cuerpo sano

Décimo Junio Juvenal (60-135)

Es más sano no esperar nada y hacer lo posible que entusiasmarse y no hacer nada

Gottfried Keller (1819-1890)

La investigación ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano

Aldous Huxley (1894-1963)

La soberbia no es grandeza, sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano

Agustín de Hipona (354-430)

No hay ninguna lectura peligrosa. El mal no entra nunca por la inteligencia cuando el corazón está sano

Jacinto Benavente (1866-1954)

La soledad es necesaria para la imaginación, como la compañía es sana para el carácter

James R. Lowell (1819-1891)

Sea sana tu mesa, y el lujo no aparezca en ella

Pitágoras de Samos (571-497 aC)

 Actividades

1. La salud bien entendida empieza por uno mismo. ¿Estás sano? Recoge en una tabla todos los parámetros que den información sobre tus capacidades físicas: estatura, peso, pulsaciones, distancia máxima a la que puedes leer, a la que oyes el timbre del móvil…

2. El texto principal tiene una posible lectura metafórica, aludiendo a comportamientos de personas que tuvieron (o tienen) poder en la política. En esa clave, subraya las frases que te parecen más significativas para esa interpretación. ¿Qué sinónimos tiene el calificativo «sano» que se puedan aplicar a personas dedicadas al servicio público?

3. Con distintos tipos de pan, investiga el tiempo que tarda una rebanada en cubrirse de moho. Modifica la humedad, la temperatura, la luz y demás variables que crees pueden influir en el proceso. ¿Hay líquidos que lo aceleren o retrasen? Elige después una de esas variables para realizar una investigación a fondo.

4. Indica tres características observables que sirvan para distinguir:

  • Un tomate sano
  • Un perro sano
  • Un aire sano
  • Un árbol sano

5. Busca una fruta que tenga indicios de podredumbre y realiza un reportaje haciéndole una foto cada día durante dos semanas. Describe el proceso.

6. A finales del siglo XVI comenzaron a pintarse las que llamamos naturalezas muertas. Ello sucedía en las «bottegue», talleres de pintura italianos, y por ello llamamos bodegones a esos cuadros. Se suele considerar este «Cesto de frutas» de Caravaggio (1573-1610) el primero de ellos. ¿Cuántas frutas distintas identificas en él? ¿A qué árboles pertenecen esas hojas?