Galicia, dicen los expertos, tardará al menos nueve años en «recuperar» el empleo perdido
29 abr 2015 . Actualizado a las 08:45 h.Ahora que el curso se nos está yendo y la recuperación escolar de algunos alumnos nos está urgiendo a todos, ¿podemos servirnos de las noticias fuertes que trae el periódico o la televisión para reflexionar sobre algunos métodos que tienen eficacia alrededor de los pupitres?
Es más, ¿coinciden de algún modo las estrategias que se proponen en la vida con las que la escuela utiliza para un problema no menor como es ayudar a la recuperación de sus alumnos, al menos sin tardar esos nueve años de los que se habla? Vean esto en televisión: Vía V: Galicia, a la cola de la recuperación. «Galicia tardará al menos nueve años en recuperar el empleo perdido. Los expertos coinciden. Frente a los distintos adjetivos que le aplican a la recuperación, que van de frágil a vigorosa en función del prisma con que cada uno la analice, todos conceden que no se podrá certificar la salida de la crisis hasta que se hayan restañado las heridas abiertas en el mercado laboral tras seis años de profunda destrucción de empleo» (en V Televisión: http://bit.ly/1HdfFmX).
Recuperación: «Examen que se realiza para aprobar la materia no aprobada en otro precedente. Volver a tomar o adquirir lo que antes se tenía. Volver a un estado de normalidad después de haber pasado por una situación difícil» (Diccionario de la RAE).
IMPORTANCIA DEL «FEEDBACK»
No basta decirle al alumno: lo hiciste bien, lo hiciste mal. Ni tampoco: las cosas se hacen así. Ni mucho menos: no atiendes y ahora te pasan estas cosas.
El alumno no entendió o no fue capaz de entender los objetivos marcados en una asignatura y se limita a repetir actividades sin saber muy bien qué se busca con ellas, además de hacerlas. Es necesario, por tanto, que describa, incluso en voz alta, el proceso, los pasos que utilizó. Si, por ejemplo, se busca con el ejercicio adquirir una mayor velocidad corriendo, no basta el que diga ya levanté la pierna 30 veces y, si le preguntan por qué lo hace, que responda que no sabe para qué.
Para ello es necesario que el profesor u otro alumno le sirva de modelo y vaya explicando qué hace y por qué da esos pasos para conseguir ese objetivo que tiene cualquier ejercicio en cada una de las asignaturas. El ser consciente de por qué lo hace y qué logra con ello le ayudará a lograr eso que se llama autorregulación: ser conocedor y dueño del ritmo y modo de su fuerza y debilidad en cada aprendizaje.
Por tanto, el profesor no ejerce tanto de juez de lo que alumno hace sino de reflejo que le ayuda a entender qué va haciendo y consiguiendo con ello. La acción del profesor es de estilo positivo, incluso ayudándole a buscar la razón de por qué algunas cosas no las está haciendo correctamente y resaltando los intentos de autocorrección que el alumno va logrando. Ayuda también al alumno a comparar y demostrar por qué antes le salía mal el ejercicio y, en cambio, por qué le sale bien ahora. No busca, por tanto, la repetición, sin más, sino la consolidación de saber por qué lo hace y qué efecto positivo o negativo tiene con ello. La animación externa del muy bien, eres un genio y cosas así suenan estupendamente, pero no son tan efectivas, ni mucho menos, como el ayudarle a aprender a servirse y alimentarse (feed) de sus propias posibilidades y estilos de mejorar su aprendizaje. Volver atrás, volver a los resortes que uno mismo tiene es un buen camino: feed-back.
ACTIVIDADES Y RECURSOS
Se ha repetido ya muchas veces que no se aprende para la escuela, sino para la vida, y que las noticias que llegan a clase son siempre un reto para que los alumnos preparen su futuro.
Pero cuando llegan noticias gordas de que los mayores nos quedamos a la cola bien hacen los profesores ayudando a los alumnos a recuperarse y levantar la cabeza.
- Susan M. Brookhart: «How to Give Effective Feedback to Your Students» (ASCD).
- John Hattie and Helen Timperley: «The Power of Feedback».