Guillermo Cánovas: «Igual que les enseñamos a cruzar la calle hay que enseñarles a usar las redes»

Ana Lorenzo Fernández
ANA LORENZO REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El director del Observatorio para la Promoción del Uso Saludable de la Tecnología considera que un acceso correcto a las nuevas tecnologías depende de la educación recibida de los progenitores

13 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las nuevas tecnologías son una realidad de la sociedad actual y los menores forman parte de ella. Por eso Guillermo Cánovas, director del Observatorio para la Promoción del Uso Saludable de la Tecnología, considera que, en lugar de prohibir a los niños que utilicen las redes sociales o Internet, lo importante es que los padres los eduquen convenientemente y que establezcan una serie de reglas. De todo ello hablará este fin de semana en unas jornadas sobre la prevención, tecnoadicciones y ciberbullying que organiza la Fundación María José Jove en A Coruña para padres y profesores.

-La mitad de los niños de 11 años ya tienen móvil, lo que facilita su acceso a las redes: ¿es un problema o una ventaja?

-Es una circunstancia. Ahora tenemos dos circunstancias nuevas que están provocando muchos cambios, y que también suponen mucha inquietud. La primera es la bajada en la edad de inicio en el uso de las nuevas tecnologías, porque tenemos niños cada vez más pequeños accediendo a Internet y a las redes sociales. Ahora mismo, la edad media de acceso a las redes en España está en torno a los 11 o 12 años (sexto de primaria). Y la segunda circunstancia es que los menores están permanentemente conectados.

-Pero ¿es bueno o malo?

-Es tremendamente contraproducente si acceden solos sin acompañamiento y sin educación al respecto. Si no es así, no es un problema, es una forma de educación y de prevención. Nosotros queremos que los padres sean quienes inicien a sus hijos y que estén presentes en su acceso a las redes. Que vean con ellos cómo se configura la privacidad de su red social, que les eduquen en cuanto a qué tipo de fotos se pueden subir o no, que les informen sobre la responsabilidad que tienen sobre la publicación de contenidos y fotos de niños de su misma edad; porque los niños y los adolescentes no solo tienen derechos, sino también obligaciones y responsabilidades.

-Acompañarlos no es espiarlos.

-No, pero el acompañamiento hasta los 14 años debe ser presencial, porque hasta esa edad la responsabilidad de absolutamente todo lo que haga el niño recae sobre los padres. Los padres deben acompañar y compartir, como en el resto de la educación. Las redes sociales no son algo inofensivo si no son bien utilizadas, y las consecuencias negativas de utilizarlas mal son importantes, y es necesario que los padres estén ahí. Es como cruzar la calle, igual que les enseñamos a cruzar la calle antes de que salgan solos, hay que enseñarles a usar las redes, tiene que haber ese acompañamiento presencial.

-¿Cómo cambia la situación a partir de los 14 años?

-En primer lugar, el menor ya tiene responsabilidad sobre lo que hace, y puede dar su permiso para la publicación de una foto suya. A partir de los 14 ellos tienen una serie de prerrogativas y de obligaciones que hacen más difícil la supervisión, al margen de su derecho a la privacidad.

-Pareja a esta situación de menos control se han producido algunos casos de «ciberbullying».

-En efecto, pero hay que pensar que el ciberbullying es como el bullying, que también se produce en los centros escolares y los padres no están con sus hijos en los patios de los colegios. Hasta los 14 años debe haber un acompañamiento de los padres y a partir de esa edad debe funcionar sobre todo la educación que ya les hemos dado, y para eso previamente hay que haberles dado una educación de cómo se utiliza la tecnología y las redes sociales. Y luego está la autorregulación que ellos se imponen, porque muchas veces inciden unos sobre otros y ayudan a evitar comportamientos indeseables. Ellos mismos denuncian situaciones y pueden impedir la acción de alguien que está molestando a un compañero a través de las redes. En el caso del ciberbullying es muy importante el papel de los espectadores, de las personas que presencian esa situación, si intervienen o no y a favor de quién están. Porque se evitan situaciones de este tipo todos los días, hay que pensar que hay situaciones de acoso y ciberacoso todos los días y en todas partes, y la mayoría de ellas los propios niños o adolescentes son capaces de regularlas.

-Es decir, que las situaciones de acoso acaban arreglándose en la mayoría de las ocasiones.

-Sí, sin lugar a dudas, como pasa en todos los conflictos. En todas las sociedades hay conflictos diarios y las personas aprendemos a afrontarlos de forma social, si no cada discusión de tráfico terminaría en una paliza o en un puñetazo. Aprendemos a afrontar los conflictos sin que suceda nada grave. Esto es parte de lo que vivimos desde niños, lo que pasa es que ahora hay que pasarlo también en las redes sociales e Internet.

«¿Qué ejemplo da un padre que está respondiendo un wasap durante la comida?»

El uso masivo de las nuevas tecnologías también conlleva que los jóvenes están permanentemente conectados a las redes, lo que puede terminar traduciéndose en una adicción.

-¿Cómo se ataja este problema?

-Esto no debería ocurrir si hay unas normas determinadas en casa. La primera es hasta qué hora está funcionando el teléfono. En un estudio que hicimos descubrimos que apenas un 30 % de los niños de 11 a 14 años reconocen que apagan el móvil por la noche, y el resto no lo hacen porque nadie les manda apagarlo. Los niños tienen que dormir y no pueden estar conectados a todo el mundo, necesitan desintoxicarse de ese exceso de información.

-¿Otras normas imprescindibles?

-Tener espacios en los que relacionarte sin la tecnología. Nuestra primera batalla es conseguir que las comidas y las cenas sean sitios en los que la gente converse, donde hablen de sus cosas y que la tecnología no interrumpa estos momentos. Pero esto tiene que empezar por los propios padres: ¿qué ejemplo da un padre que está respondiendo un wasap durante la comida? Es muy difícil transmitir normas básicas sobre dónde usar la tecnología y cuánto tiempo si no las observamos sus mayores. Aquí necesitamos una dosis muy alta de buen ejemplo por parte de los padres.

-¿Y es recomendable llevar el móvil al colegio?

-Es difícil, porque hay que compaginar los derechos de unos con los de otros, porque hay muchos padres que quieren localizar a sus hijos o que estos los localicen a ellos. Lo que hay que hacer en los centros escolares es regularizar su uso, y lo suyo sería que se pudieran usar los móviles desde el punto de vista pedagógico, porque hay programas, hay aplicaciones que permiten usar el móvil en clase de forma provechosa.