Digitalizar la enseñanza primaria gallega costaría solo 14 millones

María Viñas Sanmartín
María Viñas REDACCIÓN / LA VOZ

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Google equipa las aulas dispuestas a dar el salto a la educación «online» con una plataforma de trabajo colaborativa gratuita y ordenadores portátiles duraderos, seguros y asequibles

26 sep 2016 . Actualizado a las 18:37 h.

En las aulas del instituto sevillano Ítaca los libros de texto son una excepción. Tampoco en el IES Cartima de Málaga saben lo que es dar cabezadas a media mañana sobre 300 páginas de Historia del Arte ni destrozarse la espalda camino a casa con seis kilos colgados en cada hombro. Sus profesores colocan los temarios en la web, los revisan periódicamente, los actualizan, los amplían; alimentan un sistema educativo que tarde o temprano acabará extinguiendo al manual físico. Más de un millón de niños en toda España amueblan ya su cerebro a golpe de teclado y ratón. Confirma el pronóstico Pedro Díez, CEO de ieducando. Sabe bien de lo que habla. Su compañía se encarga de implantar la tecnología educativa de Google en colegios e institutos, una plataforma de trabajo colaborativa que se facilita de forma gratuita a todo centro oficial que la solicite. Otros sectores, como la banca, pagan por ella 90 euros anuales por empleado.

A este paquete de herramientas (Google Apps For Education) se puede acceder desde cualquier dispositivo, por lo que las instituciones educativas suelen arrancar esta transformación, explica Díez, desde sus propios ordenadores y tabletas. A través de cuentas personales, alumnos y profesores comienzan a trabajar en un entorno común y seguro donde pueden compartir en tiempo real información, documentos, imágenes o vídeos. Las lecciones se enriquecen, los educadores tienen constancia de cuánto trabaja el estudiante y la comunicación es mucho más fluida.

Es entonces cuando entran en juego los dispositivos, cuando los centros se plantean equiparse con ordenadores prácticos, cien por cien seguros y fáciles de usar. Google se lo pone fácil. Sus chromebooks, ligeros y asequibles, funcionan con su propio sistema operativo, por lo que todo se hace en la Red: no están expuestos a virus, arrancan en ocho segundos y los costes de mantenimiento y licencias son inexistentes. El profesor tiene además bajo control todo lo que hace el estudiante; puede acceder a su pantalla, limitar las páginas que visita.

«Los colegios encaran esta segunda fase poco a poco, con unos cuantos ordenadores por aula que, como son multiusuario, pueden ser utilizados por distintos alumnos», explica Díez. Lo habitual, más adelante, es contar con 25 dispositivos por curso -cada curso suele tener tres clases, por lo que toca a un chromebook por cada tres personas-, que se distribuyen en un paquete con un carro, para poder trasladarlos fácilmente de aula en aula, con carga y un punto de acceso Wifi. El precio de uno de estos ordenadores, más la formación y su configuración, asciende a 300 euros. En Galicia hay actualmente 137.000 alumnos matriculados en primaria. Digitalizar sus aulas costaría solamente 14 millones de euros.

Los chromebooks no solo despiertan entusiasmo en el alumnado, también en los profesores. «Son dispositivos que consiguen hacer que la tecnología no sea un incordio», apunta Miguel Ujeda, líder de la comunidad de educadores de Google en España. «El profesor no tiene que ocuparse de incidencias de configuración o de administración de los equipos porque, literalmente no las hay; el ordenador arranca en pocos segundos el primer día de clase, pero también el último».

Destaca también Ujeda la facilidad para gestionar las tareas de clase por medios telemáticos y las nuevas posibilidades de evaluación. E insiste, al igual que Díez, en la importancia de construir aprendizajes desarrollando en los niños competencias para la vida. Habilidades y destrezas. «Al final recordamos el 10 % de lo que leemos, el 20 % de lo que escuchamos, el 40 % de lo que vemos y escuchamos, y el 90 % de lo que experimentamos».