La ultraderecha avanza en Suecia a costa de socialistas y conservadores

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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ANDERS WIKLUND | Afp

El centroderecha podría gobernar si dan por roto el pacto para aislar a los xenófobos

10 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La extrema derecha antiinmigración sale fortalecida de las elecciones legislativas celebradas ayer en Suecia a costa de los partidos tradicionales, que sufren un retroceso, histórico en el caso del Partido Socialdemócrata del primer ministro, Stefan Löfven. Los sondeos a pie de urna discrepaban anoche sobre el bloque de la izquierda o la derecha que había ganado los comicios y el avance de los ultras Demócratas de Suecia (SD), que se situaban como segunda o tercera fuerza, aunque con un avance menor del esperado.

Los socialdemócratas son el partido más votado en las distintas encuestas, pese a sufrir el peor resultado en la historia tras dominar la política sueca en el último siglo, pero no parece que sea suficiente para que sigan en el Gobierno si la derecha da por roto el cordón sanitario que impedía cualquier papel de los xenófobos en la política nacional.

Según el canal privado TV4, el bloque gubernamental de izquierda (socialdemócratas más Verdes y el Partido de la Izquierda) ganaría con el 41 % frente al 40,1 % de la opositora Alianza de centroderecha (liderada por el Partido Moderado de Ulf Kristersson), y el SD del ultraderechista Jimmie Åkesson sería tercero, con el 16,3 %. De acuerdo con esta encuesta, el PS sería el más votado, con el 25,4 % de los votos, por delante del Partido Moderado, con el 18,4 % (cuatro puntos menos que en los comicios de hace cuatro años).

Sin embargo, en el sondeo de la televisión pública SVT, la Alianza superaría al bloque gubernamental izquierdista por dos décimas, 39,6 % frente a 39,4 %, y los xenófobos del SD serían segundos con el 19,2 %, por delante de los conservadores, que obtendrían el 17,8 %.

Con los datos de las encuestas sobre la mesa, ninguno de los grandes bloques obtiene más del 50 % de los 349 escaños en juego en el Riksdag (Parlamento unicameral), por lo que dependería de que la otra coalición diese un paso atrás para permitirle gobernar. La opción más probable es que sea Kristersson quien termine dando ese paso.

Stefan Löfven logró mantener su Gobierno minoritario hasta el final a base de alcanzar compromisos con la derecha, sobre todo en materia de política energética. Pero la oposición está determinada a sacarlo del poder, aunque eso dinamite el cordón de seguridad que existía frente al SD. Este ya ha reiterado que su apoyo no será automático ni gratuito. La estrategia puede ser arriesgada y tanto centristas como liberales (miembros de la Alianza) han asegurado su rechazo a un pacto con el diablo.