Ofensiva final opositora contra Maduro

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

CRISTIAN HERNANDEZ | EFE

Los críticos con Maduro anuncian una huelga para el jueves y el relevo de varios magistrados del Supremo

18 jul 2017 . Actualizado a las 08:02 h.

Venezuela vivió ayer una tensa calma tras el plebiscito del domingo. El Gobierno intentó transmitir una imagen de calma frente a la euforia de los opositores, que lograron movilizar a buena parte del país en una convocatoria no oficial y repleta de problemas de organización.

¿Cuántos votos obtuvo el no a la Constituyente?

El resultado total es de unos 7,6 millones de votos, de los cuales aproximadamente 600.000 se obtuvieron en el exterior, aunque solo unos 100 mil venezolanos están habilitados para votar por el Consejo Nacional Electoral. 7.186.000 personas apoyaron a los opositores. Esa cifra está cerca del mejor resultado histórico de la oposición (7,5 millones en las parlamentarias de diciembre del 2015) y se logra prácticamente sin propaganda, con un proceso no legal, con apenas un tercio de los puntos de votación de una elección regular y sin seguridad. John Magdaleno, experto electoral, señala que la participación es «muy significativa» y que estos siete millones de votos se convierten en el suelo de la oposición en unos comicios regulares.

¿Qué dice la oposición?

La Mesa de la Unidad Democrática tildó de éxito rotundo la participación en la consulta popular y la calificó como «el acto de desobediencia civil más grande de la historia de América». Además, asume el resultado como un «mandato popular» que hace que la oposición esté «dispuesta a hacer lo que haya que hacer», manifestó el portavoz de la Unidad, Freddy Guevara.

¿Cómo reaccionó Maduro?

El mandatario ignoró el plebiscito desde el principio, pero cuando vio su convocatoria lo calificó de «consulta interna» de la oposición, restándole validez jurídica. El domingo pidió a la oposición «no volverse loca» con la consulta y llamó a un diálogo, como repite desde que la Mesa se retiró de las negociaciones en diciembre porque el Gobierno, según el Vaticano -mediador en el conflicto-, incumplió sus compromisos. Maduro no negocia sobre la Constituyente que tiene en marcha y que es la piedra que impide una coexistencia pacífica en Venezuela.

¿Cuáles son los próximos pasos de la oposición?

Esta semana, la oposición comenzará a implementar los mandatos» que le dio la consulta popular, con dos momentos álgidos: El jueves, realizará un «paro nacional activo», en todo el país, y el viernes designará magistrados paralelos para el Tribunal Supremo de Justicia. Al mismo tiempo, presentará un «pacto de transición y gobernabilidad» en el que participa el chavismo disidente. Guevara dejó la puerta abierta a una negociación si Maduro «suspende la Constituyente».

¿Qué planes maneja ahora el Gobierno?

Maduro apuesta todo a esa Asamblea Constituyente, que le dará poderes absolutos con apenas el 10 % del respaldo popular y a la que convocó de manera ilegal, sin un referendo consultivo, pero avalado por el Supremo y el Consejo Electoral. También mantiene la amenaza de destituir a la fiscal Ortega de manera igualmente ilegal, solo con el aval del Tribunal Supremo. Y tiene, por el momento, el control absoluto de la Fuerza Armada.

¿Cuáles han sido las reacciones de la comunidad internacional?

México y Canadá han dado ya legitimidad a la «participación» en la consulta popular opositora, aunque no al proceso en sí. Tanto Estados Unidos como el Parlamento Europeo han informado que desconocerán la Constituyente, si esta llega a concretarse; y Alfonso Dastis, canciller español, ha pedido a la UE que evalúe sanciones a Maduro y sus principales funcionarios. La Unión descarta por ahora sanciones al régimen venezolano, que podría retomar si el presidente mantiene la convocatoria electoral. El secretario de la OEA, Luis Almagro, presentará esta semana un tercer informe sobre Venezuela que esta vez sí podría tener los 23 votos necesarios para aplicar la Carta Democrática Interamericana.

¿Aumentará la tensión en las calles?

Aunque la última semana ha habido una relativa distensión, las presiones aumentarán. Especialmente la próxima semana, cuando se ejecute lo que la oposición califica de «hora cero» contra Maduro, que, crecientemente, ha dejado de contar con la policía y la Guardia Nacional para reprimir las protestas, y cada vez más, utiliza directamente los colectivos paramilitares que asesinaron el domingo a Xiomara Escot durante la consulta popular. En 106 días de protestas, el número de asesinados, según la fiscalía, es de 95 personas.

El expresidente colombiano Santos negocia en Cuba una salida para el régimen chavista

Una visita a Cuba del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, junto a una misión de empresarios, elevó las suspicacias sobre si lo que se está negociando no son exportaciones, sino el aval de Raúl Castro para que en Venezuela se concrete una transición. Santos intenta «convencer a La Habana de la necesidad de apoyar una estrategia diplomática regional que ponga fin a la crisis», según Financial Times.

Las relaciones de Santos con Maduro han sido difíciles desde el comienzo de los gobiernos de ambos, pero se han tensado extraordinariamente desde la semana pasada, cuando el presidente colombiano pidió a su homólogo «suspender la Constituyente y abrir paso a una negociación», a lo que Maduro respondió que Colombia «interviene sistemáticamente en los asuntos de nuestro país y conspira contra la paz de Venezuela».

Cambio de estrategia

Según el rotativo londinense, Santos y Castro, discutirán si el segundo (el más cercano aliado del mandatario venezolano) le retira el apoyo, especialmente después de que Donald Trump anunciara el cambio de la política de Estados Unidos hacia Cuba. Santos contaría con el aval de los presidentes Mauricio Macri, de Argentina, y Enrique Peña Nieto, de México.

Cuba no habló, pero la canciller colombiana, María Ángela Holguín, no contribuyó a apaciguar el rumor, sino lo contrario: «Difícilmente se encuentran dos presidentes de la región y no hablan de Venezuela», afirmó.

Pero sí aclaró que el tema venezolano no es el principal del viaje, y cuando fue preguntada sobre la versión del Financial Times, fue enfática al señalar que «no, absolutamente nada de eso, y por favor, que quede claro».