China desdeña las peticiones de liberar a Liu Xiaobo pese a que su vida se apaga

J. C. / R. P. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Bobby Yip | Reuters

El equipo médico a su cargo le retiró el viernes la medicación tras dos semanas de tratamiento por los fallos hepáticos del popular disidente

08 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A Liu Xiaobo se le agota el tiempo. Después de haber sido excarcelado hace un mes por padecer un cáncer de hígado terminal, su cuerpo ha dicho basta. El equipo médico a su cargo le retiró el viernes la medicación tras dos semanas de tratamiento por los fallos hepáticos del popular disidente. Pese a ello, las autoridades chinas continúan imponiendo un férreo control a sus comunicaciones e ignoran las proclamas de la comunidad internacional a favor de su liberación.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos, así como el Parlamento Europeo, emitieron sendos comunicados exigiendo más flexibilidad a Pekín. En el primer caso, el organismo internacional pidió una reunión de un alto funcionario con el ganador del Premio Nobel de la Paz en 2010 y con su esposa, Liu Xia, en arresto domiciliario sin cargos desde ese mismo año. ¿La respuesta china? El silencio. No obstante, sí que hubo contestación a las proclamas de la Eurocámara, que exigía «de forma inmediata» la liberación de Liu para que pueda recibir tratamiento «en el lugar que él desee». El portavoz chino de Exteriores, Geng Shuang, replicó con que se respete la soberanía de China y se evite interferir en sus asuntos internos «bajo el pretexto de un caso individual».

Pekín no permite que ningún otro país se haga cargo del tratamiento del opositor, detenido en 2009 por «socavar el poder del Estado» tras un combativo activismo en favor del pluralismo y la introducción de reformas democráticas. En apariencia China ha cedido a la presión internacional permitiendo que expertos oncólogos de EE.UU. y Alemania acudan a tratarlo, pero el silencio en torno a su verdadero estado es sepulcral.