La inquietud se instala en las filas del Partido Demócrata

adriana rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

WIN MCNAMEE | Afp

«Nuestra marca es tóxica, peor que la de Trump», lamentan

26 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni el Rusiagate ni los índices de aprobación de Trump alcanzando mínimos históricos (apenas un 34 % de apoyo de los estadounidenses) han sido suficientes para que el Partido Demócrata, en pleno examen de conciencia tras la derrota de Hillary Clinton, consiga atraer a los votantes perdidos. 

El varapalo electoral en Georgia, donde los demócratas gastaron decenas de millones de dólares, ha extendido la frustración entre varios pesos pesados que llevan días alertando de que su estrategia actual no está funcionando. Antes, ya había sucedido en Montana, Kansas y Carolina del Sur. Los comicios en esos tres estados, junto a Georgia, querían ser una especie de un referendo sobre los cinco primeros meses de Trump en la Casa Blanca. Pero, a pesar de las esperanzas demócratas, el partido volvió a tocar fondo por cuarta vez tras las presidenciales de noviembre.

A lo largo de la última semana, varios líderes demócratas han evidenciado su nerviosismo tras asegurar que la estrategia del Partido Republicano de vincular a sus candidatos con la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, está claramente afectando al partido. Ya son muchos los que, autocríticos, piden desde el pasado miércoles la cabeza de Pelosi. «Necesitamos un cambio de liderazgo», dijo la representante de Nueva York, Kathleen Rice. «Es hora de que Pelosi se vaya».

A las críticas de Rice se sumaron las del representante por Massachusetts, Seth Moulton, quien también pidió paso a una «nueva generación de líderes en el partido». O las de Sean Patrick Maloney, otro congresista. Enfurecido, dijo tajante: «Mirad, necesitamos ganar, todo lo demás son tonterías».

Las llamadas de atención se recrudecieron por parte de Tim Ryan, congresista por Ohio, quien visiblemente preocupado denunció: «Nuestra marca es tóxica. Es peor que la de Trump».

La agitación entre los demócratas lleva días alcanzando sus cotas más altas, pero lejos de plantearse una escapada, Pelosi sigue obviando la presión. La demócrata pidió no olvidar cómo en territorios históricamente conservadores, el partido ha conseguido estrechar considerablemente los resultados y llamó a la unificación de sus filas para derrotar los próximos proyectos republicanos, especialmente la nueva ley sanitaria ya conocida como Trumpcare, a las puertas de una importante votación en el Senado esta misma semana. 

Las críticas pueden ser comprensibles. Sin embargo, conviene no olvidar cómo un desalojo de Pelosi en la Cámara de Representantes podría suponer un problema para el partido de cara a las legislativas del 2018 y en cuanto a ingresos se refiere. Desde el 2002, Pelosi ha recaudado 568 millones de dólares para las campañas demócratas, incluyendo 141 durante la pasada del 2016.

Las tensiones tras el revés de Georgia eso sí, no solo han colocado a Pelosi en el centro de la diana. El mensaje y la estrategia que el partido ha defendido hasta el momento es para muchos el gran culpable. Ahora, multitud de líderes en Capitol Hill piden abandonar la «distracción» del Rusiagate y centrar su mensaje en la economía. «Necesitamos un mensaje que resuene en la clase trabajadora y no lo tenemos. En la mente de la gente somos elitistas y estamos alejados de la realidad», alertó Tim Ryan. Y es que a pesar de las investigaciones pilotadas desde la inteligencia de EE.UU., además de las del fiscal especial Robert Mueller y el Congreso de EE.UU., para muchos analistas, los demócratas están utilizando demasiadas energías en censurar a Trump, olvidándose de volver a conectar con el votante estadounidense.