La UE sale al paso de la ola yihadista

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

FACUNDO ARRIZABALAGA | efe

El eje francoalemán intenta soldar la unión del continente ante las bravatas de Trump y el «brexit»

22 jun 2017 . Actualizado a las 07:42 h.

Bruselas recibe hoy a los 28 jefes de Estado y de Gobierno de la UE con el susto en el cuerpo. El terrorismo volvió a asomar esta semana con un atentado fallido en pleno corazón de la capital europea. Es el cuarto ataque yihadista de junio que ya se ha cobrado nueve víctimas mortales. «Los ataques ponen de relieve una oleada de radicalización interna», señaló el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien dirigirá una sesión con el terrorismo como prioridad. 

¿En qué punto está la lucha antiterrorista? 

La enemistad y aparente falta de colaboración del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, junto a la persistente amenaza yihadista, ha obligado a los 28 a acelerar los trabajos en materia de defensa y seguridad. Desde la puesta en marcha de un cuartel general europeo a la creación de un fondo de defensa común para coordinar la inversión militar. Según las conclusiones preliminares de la reunión, Alemania, Francia, España e Italia conseguirán dar un impulso nuevo a la Europa de la Defensa, que funcionará a dos velocidades ante la reticencia de algunos socios. Está previsto que los líderes pidan a la Comisión acelerar la puesta en marcha del sistema ETIAS, un visado temprano de entrada a la UE, y concluir el despliegue de los controles de entrada y salida de comunitarios y extracomunitarios en terceros países. 

¿Habrá una respuesta conjunta a Trump? 

De la agenda se desprende la intención del eje francoalemán de apuntalar los pilares que el nuevo presidente estadounidense amenaza con derribar: el libre comercio, la lucha contra el cambio climático y la integración de la UE. La llegada de Emmanuel Macron a la política europea, en la que se estrena hoy, promete traer aire fresco al ambiente rancio que se respira habitualmente en estas reuniones. Por el momento la canciller Angela Merkel no ha recibido con un «nein» sus propuestas de protección social y refundación de la zona euro, y eso es mucho. Berlín está más dispuesta que nunca a avanzar en una mayor integración siempre que no interfiera en las elecciones de septiembre. «Mantienen un diálogo fluido entre ellos, pero en el Consejo sus posiciones no siempre coinciden», advierte una fuente diplomática que reconoce la «necesidad de recuperar la eficacia del eje francoalemán», tan desdibujado los últimos años. 

¿Estará el «brexit» en el menú de la cumbre? 

Sí, en el postre, pero de la cena. Está previsto que Theresa May haga un repaso de sus planes de cara a la negociación del divorcio con la UE, si es que los tiene. Un momento tremendamente embarazoso para la británica, que llega al Consejo tras la catástrofe electoral del día 8, la capitulación ante Bruselas de su ministro para el Brexit, David Davis,  y un día después del discurso de la reina, quien se plantó con un «look» sospechosamente parecido a la bandera europea. 

¿Qué ha pasado con la reforma del asilo?

Encalló. Tanto es así que en las conclusiones de la reunión solo se hacen referencias vagas a la crisis migratoria y se exige a Bruselas que retire su propuesta. Países como España no quieren tramitar las demandas de asilo de todos los inmigrantes irregulares o potenciales refugiados que lleguen a su frontera o a raíz de movimientos secundarios. Los 28 siguen sin asumir la solidaridad y la responsabilidad compartida de la que llevan hablando desde el pasado mes de septiembre.

Encarnizada lucha por acoger las agencias de Londres

Una vez que los 28 terminen la autopsia sobre la primera reunión del brexit entre los negociadores británicos y europeos, May deberá abandonar la sala. Será el momento en el que los 27 den rienda suelta a la encarnizada lucha por hacerse con el control de alguna de las agencias europeas que Bruselas trasladará de Londres al Viejo Continente. Se trata de la Autoridad Bancaria Europea y la Agencia Europea del Medicamento, para la que se postula Barcelona, clara favorita entre los trabajadores. La contienda se antoja larga. España, Italia, Países Bajos, Suecia y Dinamarca exigen a la Comisión que se base en criterios técnicos y no políticos para elegir. Quieren evitar la competencia de los países del Este, a los que no consideran preparados en términos de logística y servicios para atender al equipo de 890 funcionarios que trabajan para ella. Una fuente diplomática de Bruselas teme el voto sindicado, el voto entre «países amigos». La decisión se tomará en octubre.