Arabia Saudí entrega todo el poder a su joven heredero

La Voz JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

EFE

El rey elige a su hijo Mohamed Bin Nayef, de 31 años, como su sucesor al trono, tras apartar a su sobrino

22 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Arabia Saudí acelera la llegada al trono de príncipe Mohamed Bin Salmán, conocido como MBS, tras apartar de la línea sucesoria a su primo Mohamed Bin Nayef y despejarle el camino como príncipe heredero. La carrera de MBS, de 31 años, ha sido meteórica desde la llegada al trono de su padre, el octogenario Salman Bin Abdulaziz, en enero del 2015, y aglutina en sus manos la jefatura de la corona, el puesto de viceprimer ministro, la cartera de Defensa y la dirección del poderoso Consejo Económico y de Asuntos de Desarrollo, órgano que supervisa la Saudi Aramco, la principal compañía petrolera del mundo, lo que le ha convertido en el auténtico hombre fuerte del reino o Mr. Everything (el Señor Todo, tal y como le apodan diplomáticos occidentales).

Después de décadas de inmovilismo, el reino mueve ficha en un momento especialmente delicado debido a la tensión en el Golfo con los vecinos Catar y Yemen, a la expansión de Irán en toda la región, y a los nuevos equilibrios surgidos tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, frentes marcados por las decisiones adoptadas por el joven heredero. Mohamed Bin Salman fue también el encargado de negociar directamente un acuerdo sin precedentes, de 110.000 millones de dólares, para la compra de material bélico a EE.UU. en la última visita de Trump a Riad.

El cambio tiene un doble mensaje dirigido al interior de un país que trabaja en el Proyecto de la Visión de Arabia Saudí 2030, un plan que busca reducir la dependencia del petróleo a través de la diversificación de las inversiones y fuentes de ingresos, una tarea titánica en un país en el que el 70 % de su economía depende de la venta de hidrocarburos, pero sobre todo de cara al exterior, donde Riad quiere consolidar su posición frente al enemigo iraní. Los medios de Teherán calificaron la decisión en la casa real como un «golpe de Estado blando» y recordaron las palabras de MBS llamando a la «batalla» contra Irán. El real decreto fue difundido por la agencia estatal, SPA, poco después de la última comida antes del ayuno diario que los musulmanes practican durante el Ramadán y en él se recogía que MBS fue elegido heredero por 31 de los 34 miembros del comité de sucesión, órgano que reúne a los principales miembros de la familia real.

Inmediatamente se difundieron imágenes de los dos primos dándose la mano y unas breves palabras del damnificado, Mohamed Bin Nayef, de 57 años, que aseguró estar «contento» y dijo al nuevo sucesor al trono que «nunca dejaremos de recibir tu guía y consejo». Además de perder la oportunidad de ser rey, Bin Nayef fue apartado de su cargo de ministro de Interior y jefe de la lucha contra el terrorismo.

La vida post Abdalá

La muerte del rey Abdalá en enero del 2015 fue el punto de inflexión para una monarquía que desde entonces ha reorientado sus políticas externa e interna para tratar de adaptarse a los nuevos tiempos marcados por el hundimiento del precio del petróleo, que ha pasado de los 100 dólares el barril a poco más de 40, y la lucha contra Irán por la hegemonía regional, lucha que se vive en países como Yemen o Siria, pero también en el propio reino donde entre 10 y el 15 % de la población es chií, secta del islam mayoritaria en Irán. Este enfrentamiento étnico y religioso entre persas chiíes y árabes suníes se recrudeció tras la firma del acuerdo nuclear entre Teherán y Washington y ahora Riad trata de recuperar el terreno perdido gracias a la llegada de Trump.