Pekín maniobra para ocupar el vacío que ha creado EE.UU. en Alemania

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

TOBIAS SCHWARZ | afp

Merkel sigue su cruzada en busca de socios y recibe al primer ministro chino

01 jun 2017 . Actualizado a las 07:21 h.

La canciller alemana continúa su cruzada en busca de lazos con las potencias emergentes, sobre todo de Asia. Un día después de recibir al primer ministro indio, Narendra Modi, Angela Merkel dio ayer la bienvenida a su homólogo chino, Li Keqiang, con el que busca firmar acuerdos de carácter económico y comercial, además de preparar la próxima cumbre del G20 que tendrá lugar en julio en Hamburgo. Pese a que insiste en que estos encuentros no deben verse como un acto contra EE.UU., la realidad es que han suscitado enorme expectación tras el cruce de reproches con Trump que la llevó a sostener que la UE ya no puede confiar en el hermano trasatlántico.

«Es previsible que Asia se convertirá en el centro de la economía mundial en 20 o 50 años», asegura Hubert Lienhard, jefe de la comisión de la industria alemana para Asia-Pacífico (APA) en declaraciones a Reuters. Según los expertos, la política proteccionista de Trump solo conseguirá en que el gigante asiático gane más influencia en el tablero internacional. Algo que ya quedó claro en el último Foro Económico de Davos, donde el presidente chino se presentó a sí mismo como un defensor acérrimo de la globalización y el aliado perfecto de Europa.

Pekín está decidido a ocupar el puesto que deja Washington, incluso en la lucha contra el cambio climático. Mientras crecen los rumores que apuntan a que la Administración de Trump abandonará el acuerdo de París, Keqiang se mostró dispuesto a anunciar su respaldo durante la cumbre de China y la UE a la que asiste hoy en Bruselas. El diario Handelsblatt publicó que el Ejecutivo chino manifestará su compromiso con las energías renovables y contra las emisiones contaminantes.

No obstante, el responsable de las relaciones trasatlánticas del Gobierno de la gran coalición, Jürgen Hardt, insiste en que el vínculo entre Alemania y EE.UU. «no se puede reemplazar con un acercamiento a la India o a China, ni siquiera a Rusia». Y es que, al menos para combatir el terrorismo islamista, Alemania y Europa siguen necesitando a Washington. En la misma línea se expresó el líder del Partido Liberal, Christian Lindner, que advirtió del riesgo de un distanciamiento total.

El resto de formaciones no han dudado en aprovechar la brecha con EE.UU. para hacer campaña a cuatro meses de las elecciones generales y conscientes de que, entre los alemanes, Trump es aún más impopular que Bush hijo. No solo la canciller y líder de la CDU, decepcionada tras las citas de la OTAN y el G7, sino sobre todo el SPD. La política estadounidense carece de visión, apuntó ayer el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, quien exige a la Casa Blanca que determine «el lugar que ocupan Alemania y Europa en su lista de prioridades».

«Es muy llamativo que Trump se sienta más cómodo con personalidades autoritarias como Putin o el régimen de Arabia Saudí, que con los jefes de Estado y de Gobierno de países democráticos», denunció ayer el senador de Vermont y excandidato a la presidencia, Bernie Sanders, en un acto en Berlín.