El Parlamento brasileño estudia un indulto para «animar» a Temer a dimitir

Mientras miles de manifestantes se agolpaban ayer en las calles de Río de Janeiro para exigir la convocatoria a elecciones directas y anticipadas en Brasil, un puente de plata se construye en las sombras del Congreso para que el presidente Michel Temer, acusado de corrupción, pueda renunciar con la promesa de un indulto y sin riesgo de perder su aforamiento. El beneficio, si se aprueba, alcanzaría a otros exmandatarios con asuntos pendientes en la Justicia, como Lula da Silva o Dilma Rousseff. El acuerdo prevé, en primer lugar, la dimisión de Temer, investigado por obstrucción a la Justicia, corrupción pasiva y por integrar una organización criminal. Luego, la elección indirecta de un sucesor a través del Congreso.

Temer insiste en que no renuncia. Ayer, Folha de Sao Paulo publicó una columna suya en la que prometió «perseverar». «No me desviaré de entregar a mi sucesor, en el 2019, un país en condiciones mucho mejores que el que yo recibí». Pero sus aliados y hasta miembros de su partido siguen conspirando. La elección indirecta permite que diputados y senadores en Asamblea designen a un presidente que complete el mandato de Temer. Si bien tienen procesos por corrupción, el diario O Estado de São Paulo menciona al presidente de la Cámara baja, Rodrigo Maia, o al titular del Senado, Eunicio Oliveira.

El que fuese designado presidente debería dar un indulto a Temer. El plan es ajeno a la indignación popular con la corrupción e implicaría una guerra declarada del Congreso contra la Justicia. Por vía indirecta Temer se niega a dimitir desde que comenzó el escándalo con la filtración de los audios de un empresario de la carne. Pero, además, podría ser destituido por el Tribunal Superior Electoral, que se reúne el 6 de junio para decidir si anula la victoria del tándem que formaban Dilma y Temer en los comicios de 2014, por irregularidades en los gastos de campaña.

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