Venezuela, Maduro acelera cuesta abajo y casi sin frenos

JULIO Á. FARIÑAS A CORUÑA

INTERNACIONAL

HANDOUT | Reuters

El madurismo no juega de farol y la Asamblea Nacional Constituyente a la cubana ya empieza a tomar forma

28 may 2017 . Actualizado a las 10:26 h.

El madurismo no juega de farol. Cada día que pasa echan mas gasolina al fuego. La convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente a la cubana, con bastantes ingredientes de la Democracia Orgánica al más rancio estilo franquista, ya empieza a tomar forma.

Ni el colapso económico en el que está sumido el país, ni la violencia política, las protestas masivas y generalizadas, el crecimiento exponencial de la criminalidad o el bloqueo de las salidas negociadas han servido para que el conductor de Metrobús, coreado y jaleado por una cuadrilla de cleptócratas sin escrúpulos, se plantease echar mano del freno o al menos levantar el pie del acelerador.

 Sin improvisación

La evolución de los acontecimientos en la patria de Bolívar, tras el último estallido social, hace ya casi dos meses, con más de medio centenar de víctimas mortales, centenares de heridos y detenidos, lleva camino de confirmar los temores de analistas más rigurosos de la realidad venezolana: nada es fruto de la improvisación, todo responde a un plan friamente diseñado.

Esa es la tesis que sostienen, entre otros, el veterano periodista e investigador venezolano Juan Carlos Zapata. Este, en un detallado análisis publicado el pasado jueves en el digital alnavio.com relata, aportando datos, cómo nada de lo que está ocurriendo en el país es fruto de la improvisación, sino que responde a un plan diseñado desde los primeros momentos de la enfermedad de Chávez por un grupo de civiles que lo rodeaba desde 2011.

Como principales integrantes en ese grupo del que Maduro aparece como la cabeza visible, Zapata cita a Elías Jaua, Tareck El Aissami, Celia Flores, Jorge Rodríguez, Jorge Giordani y Rafael Ramirez. Ellos serían los que sutilmente se encargaron de convencer al paciente Comandante eterno, de las bondades del actual presidente y de cerrarle el pasado a otros firmes aspirantes como Diosdado Cabello y el propio Adán Chávez. Así fue como acabaron haciéndose con el control del Gobierno, del partido (PSUV) y del Estado, siempre con la asesoría del poder cubano.

La compra de los medios de comunicación más influyentes del país, la ruptura del diálogo con Capriles tras el estrecho margen obtenido en las presidenciales del 2013, la apuesta por la Guardia Nacional como cuerpo encargado de asumir el peso de la represión, a las órdenes del general Néstor Reverol y como contrapeso a unas Fuerzas Armadas a las que luego les entrega el control de los recursos básicos del país, a cambio de asegurarse su ayuda para mantenerse en el poder sin el apoyo popular, son los primeros pasos de ese plan cuidadosamente diseñado por sus estrategas.

Subestimado

Un Maduro recién llegado a la cima del poder, subestimado en un primer momento por muchos de los suyos que lo tomaron como un presidente de transición al que no le daban más de un año de vida, sigue en el cargo, con una crisis sin precedentes, sin divisas, con una PDVSA y un país arruinado, hipotecado, hambriento, desabastecido de alimentos y medicinas.

 Doble lenguaje

Con el paso del tiempo se ha convertido en un maestro del doble lenguaje: habla de paz y reprime sin piedad a todos los que se atreven a salir a la calle para manifestarle su rechazo, anuncia la compra de 500.000 fusiles para armar la milicia, dialoga pero no asume compromisos, habla de humanismo pero tiene las cárceles llenas de presos políticos.

La última carta que se han sacado de la manga, ha sido la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente -rebautizada por la oposición como, "La Prostituyente"- anunciada el pasado primero de mayo pero que va camino de materializarse con  pasos concretos. Desde el pasado martes ya cuenta con un cronograma para la nominación de los 545 integrantes de la misma.

 Error de cálculo

Se trata de una nueva huida hacia adelante, de la que su principal detonante ha sido el error de cálculo de los promotores del autogolpe judicial, que no tuvieron en cuenta los daños colaterales.

De entrada, le han puesto en bandeja a la oposición una coartada excelente para recuperar su frágil unidad y así sacar a la calle masivamente a los venezolanos, chavistas defraudados incluidos.

También ha dado pie a escraches contra contra conocidos personajes de la boliburguesía chavista que disfrutan de sus rentas obscenas a lo largo y ancho del mundo.

 ¿Banderín de enganche?

Un efecto colateral no menos importante ha sido el desmarque de Luisa Ortega Díaz, Fiscal General de la República -al menos hasta ahora, porque todo apunta a que tiene los días contados en el cargo- que puede acabar resultando un excelente banderín de enganche del sector del chavismo que no comulga con el madurismo.

Todos los indicios apuntan a que la susodicha Asamblea Nacional Constituyente que el grupo pretende echar a andar, tiene como fin último el mantenimiento del poder, aún a costa de llevarse por delante los avances democráticos de la constitución de 1999, una de las más progresistas del mundo sobe el papel y, que está considerada como la única herencia salvable del chavismo.

Son muchos los venezolanos que se temen que si consiguen sacarla adelante, a poco que el manantial de los petrodólares vuelva a manar y a poco bien que les salgan las operaciones en marcha para hipotecar y/o malvender el potencial de los recursos del llamado Arco Minero: oro, coltán y otros metales preciosos de alto valor estratégico, puede haber madurismo para rato, porque la estrategia del grupo apunta por ahí. Si eso ocurriese. El último que salga que apague la luz.