Londres corta los contactos con EE.UU. tras las filtraciones sobre el atentado

Rita A. Tudela LONDRES

INTERNACIONAL

ANDY RAIN | EFE

May exige a Trump que proteja la información secreta, y el presidente promete una investigación

26 may 2017 . Actualizado a las 01:22 h.

La policía británica está furiosa y ha decidido cortar por lo sano. En un momento clave de la investigación del ataque terrorista de Mánchester, ha decidido dejar de compartir información sensible con Washington. La gota que colmó el vaso fue la publicación en The New York Times de imágenes tomadas por los forenses británicos de los restos del artefacto explosivo en el vestíbulo del Manchester Arena, horas después de la queja oficial de la ministra de Interior, Amber Rudd, ante la profusión de datos sobre Salman Abedi y el ataque en cadenas y diarios de EE.UU. que Londres quería mantener en secreto.

Theresa May aprovechó este jueves su encuentro con Donald Trump en la cumbre de la OTAN en Bruselas para pedirle explicaciones de lo sucedido. La primera ministra británica tuvo que recordarle al presidente estadounidense que «la información que el Reino Unido comparta debe estar segura».

Trump intentó rebajar la tensión y anunció que exigirá una investigación sobre las filtraciones y, «si procede, el culpable debe ser perseguido con todo el peso de la ley». «Las supuestas fugas que salen de agencias gubernamentales son profundamente preocupantes. Estas filtraciones han estado sucediendo durante mucho tiempo y mi Administración llegará al fondo de esto», dijo en un comunicado.

«Las fugas de información sensible constituyen una grave amenaza para nuestra seguridad nacional», recalcó May. Para la líder conservadora este asunto podría minar la «relación especial» que hay entre los dos países.

El primero en condenar las filtraciones fue el embajador de EE.UU. en Londres, Lewis Lukens, tildándolas de «reprobables». La Policía de Mánchester reconoció estar «furiosa por las fugas» y calificó lo sucedido de «completamente inaceptable». La tónica de dar información a cuenta gotas siguió ayer cuando el jefe de la policía de Mánchester, Ian Hopkins, se limitó a decir que la investigación avanza con detenciones «significativas».

Cinco complots frustrados

El Gobierno anunció que desde el ataque de Westminster hace dos meses se han frustrado cinco complots terroristas. Pero la cifra más llamativa es que los servicios secretos tienen localizados a 3.000 radicales potencialmente violentos. Cuando todo el país se pregunta por qué no fue detenido Salman Abedi, ya que estaba bajo la lupa del MI5 y su entorno había denunciado su radicalización, los expertos apuntan a que el gran dilema es evaluar a quién se vigila 24 horas al día, dados los recursos que son necesarios para ello.

El eurófobo UKIP ha sido el único partido en retomar campaña electoral. Y lo hizo culpando a May de tener «parte de responsabilidad» en el atentado por haber defendido los recortes en la policía cuando era ministra de Interior. El resto de formaciones acordaron mantener la suspensión de la campaña hasta hoy.

El nivel de alarma «crítico», que hasta ahora solo había estado vigente durante cuatro días en el Reino Unido (tres jornadas en el 2006 y una en el 2007) «continuará» activo por el momento, según anuncio Theresa May.

Horas antes del atentado, llamó a su madre para pedirle «perdón»

Salman Abedi habló con su madre horas antes del atentado para pedirle «perdón». Samia Tabbal, de 50 años, madre de Abedi, ha sido interrogada por las autoridades libias en Trípoli, tras la detención de sus marido y su hijo pequeño, Hashem. Este último, según la agencia local PA, aseguró que Salman aprendió a fabricar explosivos él solo a través de Internet y que su objetivo era «lograr la victoria para el Estado Islámico». La teoría de que él no fabricó la bomba pierde peso. Según reveló a Reuters una fuente de la investigación, ahora no se descartan que Salman Abedi hubiera fabricado la bomba él mismo o con la ayuda de un cómplice. «El foco está todavía en la búsqueda de cómplices y en la red, pero podría haber fabricado la bomba él mismo», dijeron

Mánchester, «don’t look back in anger»

«Don’t look back in anger (No mires atrás con ira)». La canción de Oasis rompió el minuto de silencio que se guardó ayer en la plaza Santa Ana en memoria de las víctimas. La multitud se unió a una mujer que espontáneamente comenzó a entonar el tema de los hermanos Gallagher. El mensaje pacifista de la canción dejó claro que los vecinos de Mánchester no quieren responder a la violencia con más violencia. No es la primera vez que sus habitantes recurren a una de sus míticas bandas. El miércoles una vigilia finalizó con «¡Hay una luz que nunca se apaga!» del grupo The Smiths. foto Stefan Wermuth reuetrs