La UE espera apagar los recelos del presidente

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

PATRICK HERTZOG | AFP

La agenda en Bruselas, vistal para recontruír la confianza mutua

21 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Es una ciudad desastrosa, como vivir en un agujero infernal». En Bruselas todavía escuece aquella mezquina declaración que vertió Donald Trump en pleno duelo por los atentados terroristas. Por primera vez desde aquella cita, el presidente de EE.UU. pondrá los pies en la capital belga. Lo hará el jueves, para conocer de primera mano ese otro mundo tan ajeno a él que es la UE. Las manifestaciones de protesta convocadas en toda la ciudad con motivo de su visita no supondrán un desafío para el vasto operativo de seguridad que el magnate arrastrará con él. Para ese día están fijados varios encuentros con el presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, el del Consejo, Donald Tusk, y los líderes europeos que se darán cita en la sede de la OTAN.

Puede que el estadounidense sea capaz de ubicar Bruselas, pero los expertos están seguros de que ni conoce ni le interesa lo que se cuece en los cuarteles de las organizaciones donde le darán la bienvenida a pesar de haber sido dianas de sus desprecios.

Según pudo saber Foreign Policy, los funcionarios de la Alianza Atlántica están sorprendidos con los preparativos del encuentro. El primer cara a cara de Trump con sus aliados europeos será de todo menos normal. Conscientes de la escasa capacidad de atención del presidente y de su temperamento imprevisible, los diplomáticos han acordado reducir las intervenciones a los 2-5 minutos para que el líder americano no se disperse. «Es un poco ridículo. Es como si se estuviesen preparando para lidiar con un niño pequeño», confirmaron desde la organización.

Según fuentes de Bruselas, la misma sensación recorre los pasillos de la Comisión. El primer encuentro entre Juncker y Trump será una primera toma de contacto, sin entrar demasiado en materia. Está claro que para que las relaciones entre la UE y EE.UU. fructifiquen será necesario hacerlo a nivel técnico. Si de algo servirá la cumbre será para tratar de vencer los recelos de Trump y ahuyentar los miedos que tiene la UE en torno a su figura. 

Pero, ¿qué temas con sustancia se pondrán sobre la mesa? «Los asuntos comerciales son los principales para nosotros», aseguran fuentes diplomáticas europeas. El TTIP sigue criogenizado y no hay esperanzas de revivirlo con Trump, a quien se le hace muy difícil entender cómo funciona la UE. Hasta en diez ocasiones la canciller Angela Merkel le tuvo que explicar durante su encuentro en Washington que no podrá negociar de forma bilateral con los países del bloque. Solo a la undécima el magnate entendió que la única vía válida es la del acuerdo comercial a 28. La guerra fiscal que está cocinando su equipo económico también inquieta a la UE. «Queremos ver con Trump cómo repartir y definir nuestros roles en la gobernanza global», aseguran fuentes de la UE.

¿Qué se puede esperar de un aliado que celebró el brexit, respaldó a Le Pen y mantiene sospechosos lazos con Rusia? «En muchos ámbitos el tono ha cambiado», sostiene un cargo diplomático, que cree que pese a la falta de entendimiento político, todavía hay resquicios para la cooperación. Eso sí, en los términos de Trump. Lo dejó claro cuando abordó el futuro de la OTAN y volverá a dejar un recado a sus socios: o contribuyen a sostener a la Alianza con más dinero o se terminó la colaboración mutua.