May subirá impuestos a las empresas que contraten extranjeros extracomunitarios

rita a. tudela LONDRES / E. LA VOZ

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Control de inmigración y recortes sociales, las principales señas de identidad del manifiesto electoral que presentó la primera ministra británica

19 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Control de inmigración y recortes sociales. Son las principales señas de identidad del manifiesto electoral conservador que Theresa May presentó ayer en Halifax no por casualidad. La localidad se encuentra en la región de West Yorkshire, un territorio en el norte de Inglaterra en el que normalmente vence el laborismo, pero en el que el mensaje del control migratorio tiene mucho calado y donde el partido de Jeremy Corbyn tiene más probabilidades de perder escaños.

Si bien durante sus años como ministra del Interior May nunca cumplió con su objetivo de mantener la inmigración por debajo de 100.000 personas al año, ahora en plena campaña no deja de prometer que estará bajo control. Es lo que explica su propuesta de obligar a las empresas a pagar el doble por contratar trabajadores extranjeros procedentes de fuera de la UE, cuyos ciudadanos también verán frenada su entrada en el país.

La medida consiste en poner en marcha una tasa anual de 2.000 libras (unos 2.400 euros) a las empresas que contratan inmigrantes extracomunitarios para destinar el dinero recaudado de ese modo a mejorar la formación de los trabajadores británicos. Con el argumento de que los inmigrantes «socavan la cohesión social», el manifiesto establece que los extranjeros pagarán por utilizar el NHS, el sistema sanitario público.

Del manifiesto se desprende que May quiere distanciarse de su predecesor, David Cameron, pues deja a un lado la promesa de este de no aumentar el impuesto sobre la renta y la seguridad social. Tiene un fuerte componente proteccionista ya que contiene cortafuegos fiscales para dificultar la compra de empresas británicas por firmas extranjeras,

Además, intenta marcar una línea con el thatcherismo a favor del concepto de «país y comunidad» para, así, intentar atraer el voto de los partidarios del euroescéptico UKIP.

A diferencia del manifiesto laborista, publicado junto a un documento con detalles de los costes que tendrían las medidas que promete, el folleto conservador incluye pocos detalles financieros. En cambio, no se anda con rodeos cuando aborda el capítulo de las ayudas sociales actuales, que sufrirán un fuerte tijeretazo. Los mayores perjudicados serán los jubilados y las personas con problemas de salud mental, que tendrán que pagar por la asistencia social. En concreto, los que tengan propiedades por valor de más de 100.000 libras contribuirán al coste de su cuidado a través de sus propiedades, un coste será realizado una vez ya fallecidos.