Hollande urge a Francia a derrotar a Le Pen

Alexandra f. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

LIONEL BONAVENTURE | AFP

Fillon es la primera víctima electoral y Valls apuesta por ayudar a gobernar a En Marcha!

25 abr 2017 . Actualizado a las 09:05 h.

François Hollande rompió ayer su silencio para llamar a los franceses a rechazar a Marine Le Pen y votar por Emmanuel Macron en 7 de mayo ante las consecuencias morales y económicas que tendría una presidencia de la ultraderecha. «Lo que está en juego es el concepto que tenemos de Francia, la unidad de la nación y su lugar en Europa y el mundo», alertó. «Frente a ese riesgo, es imposible quedarse callados. Por mi parte, votaré por Emmanuel Macron», declaró el jefe de Estado, formalizando su apoyo al que fue su ahijado político antes de salir abruptamente del Gobierno y fundar En Marcha!, una traición para muchos socialistas.

Hasta ahora el presidente se había mantenido al margen de la campaña, aunque su círculo cercano afirma que, en privado, vive obsesionado por una posible victoria de la ultraderecha. Pese a que los sondeos auguran un triunfo de Macron frente a Le Pen por 64 % contra 36 %, Hollande está convencido de que la líder del Frente Nacional está «subestimada por los sondeos». 

Macron agradeció el apoyo presidencial en un escueto tuit, mientras hacía frente a su primera polémica: la fiesta que montó en un restaurante de Montparnasse rodeado de famosos. Un sarao que recordó al del triunfo de Nicolas Sarkozy en el 2007. «No tengo lecciones que recibir del mundillo parisino», replicó insensible a la mala imagen que dio.

El centrista debe movilizar en dos semanas a electores de izquierda y de derecha para poder derrotar a Marine, al igual que hizo en el 2002 Jacques Chirac frente a Jean Marie Le Pen, con un 82 % .

La solemne declaración presidencial se sumó a la avalancha de apoyos venidos de casi todos los frentes políticos para evitar que Le Pen ocupe el Elíseo. Las direcciones del Partido Socialista y Los Republicanos reafirmaron ayer su apoyo a Macron, después de que ya en la noche electoral lo hicieran sus candidatos, Benoît Hamon y François Fillon. El único que se resiste es Jean-Luc Mélenchon, que anunció que antes de definir su posición sondeará a sus bases. La animadversión hacia la candidata ha creado extrañas parejas, como la patronal y el primer sindicato del país, la CFDT, pidiendo el voto para el centrista.

Frente republicano

La líder ultraderechista reaccionó al dique que se está formando en su contra, denunciando que «el viejo frente republicano podrido, que ya nadie quiere». 

La jornada poselectoral sirvió además para que los dos grandes partidos, que estarán ausentes de la segunda vuelta por primera vez en medio siglo, reunieran a sus burós políticos para analizar los resultados y fijar sus estrategias de cara a las elecciones legislativas del 8 y el 11 de junio.

Eso sí, los conservadores lo harán sin Fillon. La primera víctima política que dejan las urnas. El candidato que fue virtualmente presidente antes de descubrirse sus casos de corrupción ha decidido quedarse al margen, estimando que ya no tiene «la legitimidad para librar el combate».

En el bando socialista, el ex primer ministro Manuel Valls llamó a trabajar con Macron para construir una mayoría en el Parlamento. Tanto el candidato de En Marcha! como la ultraderechista están obligados a reunir una mayoría parlamentaria en las legislativas si quieren gobernar y aplicar su programa.

Un voto que divide al país por la mitad

La primera vuelta de las presidenciales galas deja una Francia partida en dos: oeste contra este, ciudad contra rural, ricos contra pobres. La primera y la más evidente es la geográfica, con el oeste conquistado por Macron y el este por Le Pen. La líder de extrema derecha también se hizo con el norte, bastión del Frente Nacional, y desde donde siguió el escrutinio.

El territorio dominado por la ultraderecha está plagado de núcleos urbanos que votaron a Macron. Las 588 ciudades de más de 15.000 habitantes, que conforman el 37 % del electorado total, votan cada vez menos por la extrema derecha, una tendencia que se acentúa desde 1995. Le Pen se hizo con el voto del rural, al igual que el de los obreros y los desempleados, sus electores habituales.

La formación extremista y xenófoba logró el domingo el mejor resultado de su historia: más de 7,6 millones votantes.

Los jóvenes con Mélenchon

La agrupación sufrió un duro golpe con la derrota en el terreno de los jóvenes. Pese a su intensa campaña por convertirse en el partido de la juventud, el izquierdista radical Jean-Luc Mélenchon le arrebató la franja de los 18 a 24 años y la siguiente, de los 24 a los 34, eligió a Macron.

El centrista también cosechó el voto de los franceses con estudios superiores, seguido por Fillon y Mélenchon. Del lado de los votantes con menos estudios, el FN consiguió la mayoría. En consecuencia, los salarios más elevados eligieron a Macron y Fillon, mientras que los hogares más desfavorecidos votaron al FN, aunque Mélenchon logró robarle terreno.

Las dos Francias, por el momento irreconciliables, recuerdan al Estados Unidos que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca.

Pero algunos votantes se niegan a la obligación de elegir entre la ultraderecha y el liberaldemócrata, y están llamando a la abstención. Miles de internautas expresaron su frustración a través de la etiqueta #SansMoiLe7Mai, «Sin mí el 7 de mayo», fecha de la segunda vuelta.