Batalla campal en toda Venezuela

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Atlas TV

Los disturbios entre chavistas y opositores en las principales urbes del país se saldan con tres muertos y decenas de heridos y detenidos. La oposición ha hecho un nuevo llamamiento a seguir con las protestas callejeras

20 abr 2017 . Actualizado a las 12:49 h.

Las marchas desarrolladas ayer en Venezuela dejan un saldo de tres muertos, decenas de heridos y cientos de detenidos. Se cerraron, según informa Efe, con invitaciones de los dirigentes opositores a seguir este jueves con las protestas callejeras y del Gobierno de Nicolás Maduro a iniciar un nuevo diálogo político.

En Caracas un joven de 19 años murió de un tiro en la cabeza, cuando manifestantes opositores fueron agredidos por paramilitares chavistas, conocidos como colectivos, en una jornada de protestas en la que decenas de miles de personas, en las principales ciudades del país, fueron reprimidas con gases lacrimógenos y cargas policiales.

Al mismo tiempo, en el centro de Caracas, miles de seguidores del presidente Nicolás Maduro, traídos desde toda Venezuela, así como empleados públicos, se congregaron en una «marcha en defensa de la paz», acusando a la oposición de intentar dar un golpe de Estado. Entre los asistentes había centenares de milicianos, que se han constituido en la principal defensa de Maduro, y a quienes el mandatario prometió, el lunes, dotar de 500.000 fusiles, en una declaración que ha suscitado alarma tanto en la ONU como en la OEA, la UE y el Departamento de Estado de EE.UU. El politólogo Daniel Fermín, de la Universidad Católica Andrés Bello, afirmó que «Maduro pretende sustituir el apoyo popular por apoyo militar», pero considera «muy difícil» que su Gobierno se sostenga solo con respaldo castrense. «Este tipo de regímenes suelen durar poco», indicó.

Carlos Moreno, un joven manifestante, murió muy cerca de su casa, en el barrio de San Bernardino, Caracas, cuando pasaba por donde un grupo de sus vecinos se preparaban para acudir a la marcha opositora, que pretendía llegar a la Defensoría del Pueblo. Fue tiroteado por un individuo en moto que disparó contra la concentración. Fue el más grave de los incidentes registrados en la capital, aunque hubo decenas de heridos por perdigones, así como de personas afectadas por gases lacrimógenos, que fueron cercadas en la principal autopista de la ciudad por la Guardia Nacional. Varios centenares tuvieron que lanzarse al río Guaire, que atraviesa Caracas y es un canal a cielo abierto, para escapar de la represión.

El opositor Henrique Capriles afirmó que «el golpe de Estado lo dio Maduro al solicitar la activación del plan Zamora», un operativo militar que incrementa la represión y que fue anunciado por el mandatario el martes. En una alocución televisiva el martes por la noche, Maduro había afirmado que detrás de lo que calificó de «un intento de golpe de Estado» está Estados Unidos, y señaló que las protestas buscan «frenar la recuperación económica» del país. Venezuela tiene la peor inflación del mundo, estimada en el 720 % para este año, y su economía caerá, según el Fondo Monetario Internacional, un 7 % en el 2017.

Mientras la manifestación oficialista contaba con todas las garantías y era presentada en una transmisión de más de ocho horas ininterrumpidas de la televisión oficial, los venezolanos no chavistas solo contaban con las redes sociales para enterarse de lo que pasaba con la protesta opositora, porque ningún canal privado estaba transmitiendo información, sino culebrones y dibujos animados. Las protestas callejeras derivaron en verdaderas batallas campales con la policía militarizada no solo en la capital, sino también en ciudades como Valencia, Puerto Ordaz y San Cristóbal, donde hubo docenas de heridos y detenidos.

Un fondo del Gobierno venezolano financió a Trump

Desde antes de que Donald Trump fuera elegido presidente de Estados Unidos, en noviembre, el Gobierno de Nicolás Maduro aspiraba a mejorar las relaciones que tenía con el anterior ocupante de la Casa Blanca, Barack Obama. Quizás por eso, según documentos hechos públicos por la Comisión Federal Electoral de ese país, Citgo, la productora y distribuidora de combustibles en EE. UU. controlada por la estatal petrolera venezolana, PDVSA, donó 500.000 dólares a los eventos de toma de posesión del magnate el 20 de enero. Citgo -de la que más de la mitad de las acciones se encuentran hipotecadas como colateral en la emisión de un bono de 1.900 millones de dólares emitido por Venezuela el año pasado-, se ubicó en la segunda fila de donantes para los actos del fin de semana de toma de posesión, que garantizaban acceso privilegiado a Trump, a sus familiares y a los miembros de su gabinete. Entre los mayores contribuyentes, con cifras superiores al millón de dólares, se encontraban miembros de casinos, tabacaleras, firmas financieras y equipos de la Liga de Fútbol Americano, la NFL.

Aunque Maduro ha sido sumamente cuidadoso en las formas al referirse a Trump, poco a poco su entusiasmo inicial (por compartir con el presidente estadounidense, por ejemplo, su rechazo a CNN) ha ido retornando a la tradicional hostilidad del Gobierno venezolano hacia Estados Unidos desde que el chavismo llegó al poder.

De hecho, Maduro afirmó ayer que el incremento de la tensión política en Venezuela coincide con «la llegada de grupos extremistas de derechas de Estados Unidos», y volvió a acusar a ese país de estar tras los supuestos intentos para su derrocamiento.

Portavoces del Partido Republicano han solicitado en las últimas semanas a Donald Trump que vete cualquier posibilidad de que detrás de una posible adquisición de las acciones de Citgo esté Rosneft, la petrolera rusa., alegando la protección de «intereses estadounidenses» en el tema petrolero.