Perros y gatos: la cara B del «brexit»

Javier Albisu EFE

INTERNACIONAL

DANIEL LEAL-OLIVAS | AFP

Este es un detalle menor que desde Bruselas usan, con sorna, para ilustrar cuán enrevesada será la negociación a la que se enfrentan Londres y los Veintisiete

30 mar 2017 . Actualizado a las 16:32 h.

La libertad de movimiento de los 250.000 perros y gatos que cada año transitan entre el Reino Unido y la Unión Europea queda en el aire con el «brexit», un detalle menor que utilizan en Bruselas, con sorna, para ilustrar cuán enrevesada será la negociación a la que se enfrentan Londres y los Veintisiete.

«Obviamente, el destino de la libre movilidad de los perros y gatos, y otros aspectos, son de la mayor importancia. No solo para la Comisión Europea, sino para la Unión Europea en general. Y diría incluso que globalmente», aseguró este jueves el portavoz del Ejecutivo comunitario Alexander Winterstein.

Lo hizo en sala de prensa, en tono jocoso y contestando a una pregunta de un periodista británico de Euractiv, socio de Efe, quien se interesó por saber cómo de prioritario es el estatus de las mascotas británicas a la hora de plantear la negociación de divorcio entre Londres y Bruselas, y al que el portavoz le agradeció «el toque ligero» de la cuestión.

Aunque no deja de ser una anécdota menor, la movilidad de las mascotas es la coletilla que utiliza el negociador del «brexit» de la Comisión Europea (CE), el exministro francés Michel Barnier, para sintetizar la complejidad del escenario en el que se adentran el Reino Unido y la Unión Europea durante los próximos 24 meses.

El primero en lanzar al debate público esa «estadística muy interesante» ha sido el primer ministro de Malta, país que este semestre ejerce la presidencia de Turno de la UE, Joseph Muscat.

«Por ejemplo, Michel (Barnier) me dijo: '¿sabes cuántos perros y gatos pasan de Dover (Reino Unido) a Calais (Francia) con el pasaporte para mascotas?' Son 250.000 y para esto también tenemos que encontrar una solución», comentó el político maltés en La Valeta, en el marco del congreso del Partido Popular Europeo (PPE).

Actualmente, los perros, los gatos y los hurones pueden moverse libremente por la Unión Europea, siempre que vayan acompañados de sus dueños y estén debidamente provistos de un pasaporte para mascotas, un sistema que inició el Reino Unido, donde la rabia se erradicó hace años, y que la UE en su conjunto adoptó en el 2012.

El pasaporte para mascotas toca, tangencialmente, a España, donde residen unos 308.820 británicos y que en el 2016 recibió a 17,8 millones de turistas del Reino Unido, de manera que, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ese es el primer emisor de visitantes a España, muchos de ellos con sus animales de compañía.

A la inversa, unos 200.000 españoles residen actualmente en territorio británico, así que los ciudadanos a uno y otro lado del canal de la Mancha es uno de los aspectos que antes quieren solucionar ambas partes en la negociación.

Así lo explicó ayer el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien pidió «minimizar la incertidumbre» creada por el «brexit». Y también el presidente de Francia, François Hollande, quien señaló que entre las prioridades de París destacan los «derechos de los ciudadanos» y las «obligaciones que derivan de los compromisos asumidos por el Reino Unido».

Todavía no está claro cómo se desarrollará la negociación pues, mientras que Londres quiere pactar en paralelo el acuerdo de salida y la futura relación entre la UE y el Reino Unido, la canciller alemana, Angela Merkel, señaló ayer que primero habrá que acordar la separación y después definir las nuevas reglas de juego.

Mañana, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, enviará a los Veintisiete un borrador con las directrices de negociación con el Reino Unido. Y los líderes de la UE, sin Londres, acordarán su postura el próximo 29 de abril en una reunión extraordinaria en Bruselas.

A partir de ahí, Barnier empezará la tanda de negociaciones más complejas a las que se ha enfrentado nunca la UE y que, en algún momento, afectará también al destino de los perros, gatos y hurones británicos y europeos.