Valls traiciona al candidato socialista y anuncia que dará su apoyo a Macron

Alexandra F. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

PATRICK KOVARIK | AFP

Hamon acusa al ex primer ministro de ser un político «que ya no cree en nada»

30 mar 2017 . Actualizado a las 00:24 h.

Ayer por la mañana, Manuel Valls anunció que votará por Emmanuel Macron en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. «No es una cuestión de corazón, sino de razón», justificó ante los micrófonos de la cadena BMFTV, citando el «interés superior» de Francia en la lucha contra la extrema derecha.

El terremoto no cogió al Partido Socialista (PS) por sorpresa: la eventual fuga del ex primer ministro era un secreto a voces, si bien llega en el peor momento para Benoît Hamon. El candidato socialista sufre una hemorragia constante en sus filas desde el debate presidencial del 21 de marzo, del que salió claro perdedor. Con el PS cada vez más incapaz de hacer frente a la ultraderecha, Valls le da la espalda a su partido.

La decisión de Valls es un sacrificio que pagará muy caro: su nombre lleva siendo asociado a la palabra traición desde que le clavó un puñal por la espalda a François Hollande presentándose a las primarias. Entonces intentó señalar a Macron como el verdadero Bruto -el asesino de César-, ya que había sido un protegido del presidente.

Políticos veleta

Sin embargo, ahora se suma a las filas del centrista a costa de crear una escisión aún más profunda en el seno del PS y de poner en juego su propio honor. «Ahora todo el mundo sabe lo que vale el compromiso firmado sobre el honor de un hombre como Manuel Valls: nada», escribió en Twitter Arnaud Montebourg, su rival en las primarias socialistas, haciendo referencia a un documento que los candidatos firmaron comprometiéndose a apoyar al ganador de los comicios.

Tras el anuncio de Valls, Hamon publicó un comunicado de prensa llamando a la izquierda a «darle la espalda a los políticos que ya no creen en nada y que van adonde el viento los lleva, menospreciando cualquier tipo de convicción». El candidato reprocha a Valls que no haya asumido el resultado de las primarias. Pero quienes respaldan la defección del ex primer ministro han respondido que tampoco Hamon respetó la disciplina debida cuando era ministro bajo la presidencia de Hollande y encabezó una rebelión para exigir un cambio de las políticas de austeridad del Gobierno.

El exministro de Educación apeló a Jean-Luc Mélenchon para unir fuerzas, argumentando que tiene «una posición central en la izquierda» y presentándose como «el único que puede crear las condiciones de una mayoría de izquierda para gobernar».

No obstante, la realidad es radicalmente distinta. En el último sondeo, Hamon figura quinto, con el 10 % de intención de voto, quedando incluso por debajo de Mélenchon, que tras el debate del pasado día 21 remontó 4 puntos hasta quedar cuarto, con un 15 %. Macron sube dos puntos, quedando mano a mano con Marine Le Pen, con 25 % cada uno, pero la fuerza de sus bases difiere. Uno de cada dos de los potenciales votantes del centrista son indecisos, mientras que para la ultraderechista son menos de tres de cada diez.

La situación ha sido para la derecha la oportunidad de oro para acusar al líder de En Marcha de ser el heredero del decepcionante quinquenio socialista. «Todo el equipo de Hollande está alrededor de Macron», afirmó François Fillon. «Es lo que siempre he dicho: Emmanuel Macron es François Hollande». El conservador sigue arrastrando la lacra de su imputación en el caso de los empleos ficticios.

El martes, su mujer Penélope fue también imputada por complicidad y ocultamiento en la malversación de fondos públicos. La pareja Fillon ha sido por el momento incapaz de aportar pruebas concluyentes del trabajo de asistente parlamentaria que la galesa supuestamente realizó durante alrededor de 10 años, ganando un total de cerca de 900.000 euros.