La ONU exige revisar la táctica militar en Mosul ante la muerte de más de 300 civiles

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

SUHAIB SALEM | reuters

La mayoría perecieron por las bombas aliadas tras ser utilizados como escudos humanos por los yihadistas del califato

29 mar 2017 . Actualizado a las 07:41 h.

Al menos 307 civiles han muerto en el oeste de Mosul desde el 17 de febrero, día del inicio del asalto final a ese bastión del Estado Islámico. La mayoría perecieron por las bombas aliadas tras ser utilizados como escudos humanos por los yihadistas del califato. Algo que el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Huseín, califica de inadmisible. Por ello, exigió ayer a las fuerzas iraquíes y a la coalición liderada por EE.UU. revisar sus tácticas en la batalla por Mosul. Si no hay un cambio las cifras amenazan con seguir aumentando. Hay cerca de 600.000 personas atrapadas en la zona oeste de Mosul aún sin reconquistar por las fuerzas iraquíes, entre las que 400.000 están en la Ciudad Vieja donde se adentra ya la ofensiva.

El Gobierno de Bagdad elevó a 112 el número de cuerpos recuperados de un edificio bombardeado por la coalición el pasado jueves. El Ejército de EE.UU. reconoció su implicación en el bombardeo y anunció una investigación.

«La estrategia de Estado Islámico de usar a niños, mujeres y hombres para protegerse a sí mismos de los ataques es cobarde y vergonzosa», sostuvo Zeid, subrayando que viola los «estándares más básicos de la dignidad y la moral humana». «El uso de escudos humanos equivale a un crimen de guerra», afirmó Zeid, y «disparar a civiles por la espalda mientras huyen para salvar sus vidas en un acto de monstruosa depravación», añadió.

Zeid mostró su satisfacción por el anuncio de las fuerzas iraquíes y la coalición de que van a investigar la muerte de civiles, pero les pidió que sean «transparentes y exhaustivas» y que sus resultados se hagan públicos.

El mismo patrón

Uno de los incidentes más mortífero ocurrió el día 17 de marzo cuando un ataque aéreo, presuntamente dirigido contra francotiradores del EI y su equipamiento, alcanzó una vivienda en el vecindario de Al Jadida, en el oeste de Mosul, según testimonio recabados por la Oficina del Alto Comisionado y la Misión de Asistencia de la ONU en Irak de las personas que lograron huir.

El patrón es siempre el mismo, según explicó en una rueda de prensa Rupert Colville, portavoz del alto comisionado. Los yihadistas obligan a los civiles a permanecer en sus casas, «en muchos casos incluso encerrándolos dentro», mientras ellos se posicionaban con armamento en los techos de las viviendas. Tras detectarlos, las fuerzas de la coalición bombardeaban los edificios matando a los milicianos pero también a los civiles.